Guantánamo es la prisión militar más conocida de los Estados Unidos. Fue el lugar de reclusión de los talibanes prisioneros desde 2002. Está ubicada en la isla de Cuba y es un símbolo de tortura y violación de los derechos humanos. La prisión cumplió 20 años este martes, y aunque un grupo de expertos de la ONU instó a Washington a cerrar la cárcel, aún alberga a 39 presos.
Varios presidentes han intentado clausurar el sitio. George Bush y Barack Obama lo intentaron, Donald Trump frenó el proceso y Joe Biden llegó la Casa Blanca con la promesa de hacerlo. No obstante, la prisión sigue abierta.
César Muñoz, investigador sénior de Human Rights Watch, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Guantánamo es una mancha enorme en la reputación de los Estados Unidos. Es un símbolo de injusticia a nivel mundial y es una fuente de propaganda para extremistas en todo el mundo que lo usan para reclutar nuevos miembros. Estuve en Estados Unidos hace 20 años cuando se abrió, estuve en Guantánamo en 2008 y ha sido uno de los mayores errores de los Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo”, dijo Muñoz.
El experto resaltó que los terroristas del mundo ven a los Estados Unidos como un enemigo y usan a Guantánamo como una prueba de la maldad de los Estados Unidos.
“Es muy fácil usar lo que ocurre en Guantánamo para reclutar a nuevos miembros. Es cierto que hubo abusos enormes en Guantánamo, hay información de torturas que se cometieron en ese lugar. Además, allí se detienen indefinidamente a las personas sin posibilidad de juicio. Eso es una violación de derechos básicos de cualquier persona”, explicó.
Luego del atentado del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos comienza con una cacería de terroristas y todos los detenidos iban a parar a Guantánamo.
“La historia de Guantánamo es que fue cedida por Cuba luego de la guerra de independencia. Hay una cuestión legal sobre quién es el soberano ante ese territorio. Obviamente, Estados Unidos ejerce el control de la base y no Cuba. En ese sentido, Estados Unidos es el responsable de lo que allí sucede”, añadió.
Mantener la prisión cuesta 540 millones de dólares por año. Son 14 millones por preso actualmente. Entre los que quedan presos están los sospechosos de participar en el atentado del 11 de septiembre.
“Esas personas no han sido juzgadas. Es una vergüenza porque existe evidencia contra ellos y han debido de ser juzgados en Estados Unidos”, expuso.
Finalmente, Muñoz comentó que el destino de los 39 prisioneros que quedan en Guantánamo es incierto.
“Creemos que la prisión tiene que ser cerrada y para eso hace falta voluntad política. A las personas que tienen evidencia en su contra, se le tienen que juzgar en Estados Unidos y deben tener un juicio justo. Si no hay evidencia contra una persona, no debe de estar detenida”, puntualizó.
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