Internacionalista Lila Abed: «Sería un antecedente muy peligroso si los países occidentales deciden conceder algunas de las demandas que exige Putin»

La diplomacia los países de la OTAN se sigue moviendo para atender la crisis en la frontera con Ucrania. Mientras el Pentágono afirma que Vladimir Putin ultima los detalles para la invasión, el canciller alemán, Olaf Scholz, visita la Casa Blanca para discutir con Joe Biden el paquete de sanciones que aplicarían si Rusia decide invadir a Ucrania,  entre ellas está el paralizar el gasoducto Nord Stream 2.

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, se reunió este lunes con Putin, para tratar de aliviar las tensiones.

La internacionalista, Lila Abed, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.

“El G-7 y la OTAN debaten en estos momentos, ya que no está claro cuál será la decisión de Vladimir Putin por la concentración de tropas que mantiene en la frontera con Ucrania. Los aliados de la OTAN se han propuesto llevar a cabo un plan que consiste en tres vertientes: La primera es tener una estrategia militar y de realizan ejercicios militares en la frontera de Polonia con Ucrania. La segunda opción es la vía diplomática que aún no se ha agotado. Finalmente, también hay un hecho económico de fondo. Parte de la reunión del canciller alemán y el presidente Biden, es hablar sobre las sanciones económicas que se le impondrían a Vladimir Putin si lleva a cabo la invasión”, dijo Abed.

La especialista comentó que las tres vertientes, la militar, la diplomática y la económica, se están llevando a cabo de manera simultánea.

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“No obstante, todo va a recaer en la decisión que vaya a tomar Putin. El presidente ruso tiene varias opciones. La primera es que puede llevar a cabo una invasión de la zona de Donbas, puede realizar una invasión total, o puede lanzar ataques cibernéticos. Todo va a depender de su decisión y la misión de los aliados occidentales es estar preparados para cualquier escenario”, señaló.

Para muchos analistas, esta tensión se genera porque Putin quiere perfilarse como un líder de una gran potencia, tal y como lo era en la Guerra Fría. No obstante, hoy en día Rusia no tiene el músculo económico para compararse con China, los Estados Unidos o la Comunidad Europea.

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“La economía rusa es pequeña, en comparación a la de Estados Unidos. Sin embargo, si tiene recursos importantes. Rusia se ha convertido en el mayor proveedor de gas para el continente europeo. Más allá de eso, Putin ha hecho un esfuerzo monumental para diversificar su economía y prepararse para resistir cualquier sanción económica que apliquen los países occidentales. Lo más alarmante, es que hemos visto que en el marco de los Juegos Olímpicos de Inverno, Putin se reunió con Xi Jinping, donde llegaron a un acuerdo sin límites que abarca una variedad de cuestiones, y una de ellas es que China pidió garantías de seguridad a la OTAN para que no se expanda más allá”, explicó la experta.

El conflicto de fondo es que Putin no admitirá que Ucrania forme parte de la OTAN, pero tanto Estados Unidos como sus aliados han afirmado que la organización seguirá teniendo sus puertas abiertas.

“Parte de la estrategia de Putin es crear un caos en torno a la crisis en Ucrania, para que los ojos del mundo estén puestos allí y poder exhibir su poderío militar. Además, que a lo interno, Putin refuerza su liderazgo. Sería un antecedente muy peligroso si los países occidentales deciden conceder algunas de las demandas que exige Putin” señaló Abed.

Finalmente, la internacionalista destacó que si los países occidentales conceden las demandas del mandatario ruso, marcará un precedente y cada vez que Putin quiera algo, concentrará tropas.

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