Estados Unidos-EFE
Una de las frases más célebres de John Kennedy fue “se pueden ganar las elecciones con la mitad del país, pero no se puede gobernar con la mitad en contra”. Ante unos resultados electorales tan cerrados, al próximo presidente le tocará gobernar no solo con una división en el Congreso y en el Senado, también se enfrentará a una sociedad profundamente dividida. Hasta el momento, el voto popular refleja que 73.523.741 estadounidenses han votado por Joe Biden, y 69.535.880 han preferido a Donald Trump.
¿Cómo gobernar con una nación dividida y polarizada?: el tema lo trató Ian Vásquez Vicepresidente de Estudios Internacionales del Cato Institute, Magister en estudios internacionales avanzados de la Jonh Hopkins University, en el programa Día a Día, transmitido por César Miguel Rondón a las ocho de la mañana hora de Miami.
“Ese es el gran reto para quién sea el próximo presiente. Sabemos que el presidente Trump ha sido un mandatario que ha polarizado el país. Sin embargo, también lo ha hecho el Partido Demócrata. Tradicionalmente, Biden ha sido un político de la parte moderada del Partido. No obstante, en años recientes ha surgido un ala radical de izquierda en el partido demócrata y ha polarizado más al país. Esa ala radical de los demócratas nace como respuesta a las políticas de Trump. El reto de Biden es no dejarse influenciar por esa ala radical. El movimiento del Partido Republicano que apoyó a Trump se ha ido más a la derecha y no es el mismo sector conservador que representaba Ronald Reaggan. Ese grupo radical de derecha no va a desaparecer. Estados Unidos es un país más dividido y polarizado de lo que fue hace cuatro años”, dijo Vásquez.
El Partido Republicano ha cambiado y ya no representa las políticas conservadoras tradicionales. La mayor muestra es el paso de Donald Trump por la Casa Blanca y el Lincol Project, un movimiento que intenta rescatar los valores del partido y que apoyaron a Joe Biden en la presente elección.
“Si Joe Biden es favorecido por los resultados electorales, tendrá que contar con las fuerzas moderadas del sistema político. Después del presidente Trump, el Partido Republicano debería reconsiderar la dirección que tomó hace cuatro años. Es un momento para que los mismos republicanos rechacen el radicalismo. Sin embargo, eso no pasará si Biden cede ante el ala radical del Partido Demócrata. El hecho de que el Senado quede en manos republicanas, va a ayudar a la moderación. Será un gobierno que no controlará todo y tendrá que ser moderado para negociar y llegar a acuerdos”, agregó el analista.
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