El escenario político dentro de la oposición venezolana se fragmenta cada día más. El último acontecimiento que dejó entrever las profundas divisiones dentro del bloque político que adversa a Nicolás Maduro, fue la denuncia por parte del Partido Primero Justicia sobre el manejo de la filial de Pdvsa, Monómeros.
A la carta de Primero Justicia y a las declaraciones de su coordinador nacional, Julio Borges, le siguieron las declaraciones del ex-embajador del gobierno interino en Colombia, Humberto Calderón Berti, quien afirmó que todo lo que estaba sucediendo en Monómeros era culpa del “sectarismo y la politización que impuso Leopoldo López”, además de hacer señalamientos de graves hechos de corrupción.
Desde Voluntad Popular afirman que se trata de una traición de Primero Justicia para romper con el gobierno interino y no seguir apoyando a Juan Guaidó.
Todo esto ocurre en medio de una insípida campaña electoral para las elecciones regionales, donde la oposición sigue sin ponerse de acuerdo en candidaturas unitarias, y mientras Maduro sigue ejerciendo el poder en Miraflores.
ElÍas Pino Iturrieta, historiador, profesor universitario, y presidente de la Fundación para la Cultura Urbana, analizó los hechos en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“No tengo otro remedio que hablar mal de la oposición. Hablar mal del gobierno ya es un hábito estéril. En el caso de la oposición, ya es una obligación de opinión pública. Los pocos espacios de opinión que quedan en Venezuela se deben utilizar para la única cosa provechosa que nos queda: ver como remendamos el techo de la oposición. Es evidente que un rasgo de la oposición en estos momentos es el desconcierto y la desconexión. Esa desconexión se comienza a notar con el documento que emitió Primero Justicia y más aún con los señalamientos de manejos oscuros desde la sede del gobierno interino con Monómeros. Eso es importante que hay ocurrido y da pie para profundizar la crítica que guíen a la oposición en el futuro”, dijo el historiador.
La situación de Monómeros no dejó de ser desmoralizante, ya que se pensaba que la generación nuevos políticos podría cambiar todo lo que se había vivido en la cuarta República y en la era del chavismo. No obstante, incurrieron en las mismas prácticas.
“Me sorprendió las declaraciones de Julio Borges porque suele ser comedido. Las declaraciones de Calderón Berti no me sorprendieron porque es un hombre más directo. Las dos fuentes son confiables y ese es el fundamento de las críticas que podemos hacer. Ambos testimonios, uno de un dirigente de la vieja política y otro de un partido actual, coincidieron en su visión hacia un partido político como Voluntad Popular y hacia los liderazgos de Juan Guaidó y Leopoldo López. No es un problema de los medios. Nosotros estamos cumpliendo con la obligación de darle cobertura a unas aseveraciones que suenan y huelen escandalosas. Esto también le incumbe a Acción Democrática y otros partidos. No puede ser que Guaidó y López le den larga a esta situación. El único beneficiado de esos silencios es el gobierno”, agregó Pino Iturrieta.
Para el profesor esta situación no es perjudicial, sino que podría servir para construir el camino para un entendimiento más claro.
“La oposición no puede continuar desgajada. Todo radica en que un sector ha dispuesto de las decisiones fundamentales y de algunos recursos importantes para el proyecto político y para las necesidades de Venezuela. Lo señaló Humberto Calderón y Julio Borges, resumen una situación de deterioro que se tiene que remendar. Los que tienen que arreglar esto son las personas que tienen el sartén por el mango, si es que de verdad lo tienen. La gente no es tonta y filtrar esas diferencias es fundamental desde el punto de vista republicano y democrático”, expuso el catedrático.
El gobierno interino tiene una fecha de expiración en 2022, lo que deja la puerta abierta para que suceda cualquier cosa dentro de la oposición.
“Primero y principal todos estamos arrechos, me refiero a la mayoría de la sociedad venezolana y eso se refleja en las encuestas. Frente a esta arrechera no están claras las nominaciones de las candidaturas a las regionales, hay antagonismos muy evidentes, entre otras cosas que no disipa sino que multiplica la arrechera. En este sentido, lo que nos queda decir es que el interinato de Guaidó que fue una ilusión, ahora lo es mucho más y tiene que desaparecer. Es la única posibilidad de que se reconstruya un proyecto opositor después de la desaparición merecida y esperable del interinato. Se debe reformular la directiva de la oposición. Esto significa que partidos como Acción Democrática y Primero Justicia tomen la sartén por el mango y que nos lleven a otro camino. Lo que nos queda es amarrarnos de esos clavos y esperar el resultado electoral”, señaló el historiador.
Pino Iturrieta entizó que sobre Juan Guaidó y Leopoldo López: “la historia no nació el día que ustedes nacieron. Remóntense a la muerte del general Gómez y traten de entender como progresivamente se fue hacia una transición y hacia la democracia. La historia no se repite, pero nos puede enseñar”.
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