Gaspard Estrada, director ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe, y colaborador del The New York Times, escribió un artículo en el que relata “el desairado fin del Lava Jato en Brasil, que se vendía como la mayor operación anticorrupción del mundo, pero se volvió el mayor escándalo judicial de la historia”.
Estrada amplió la información en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Es una operación que tuvo un mérito y fue poner al relieve esa relación entre el dinero y la política. Sin embargo, se hizo mucha política y poca justicia. Vimos que hubo muchos arrestos, pero la corrupción no ha disminuido en Brasil ni en América Latina”, dijo el experto.
Para el director ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe, lo que más se ha destacado del Lava Jato, es una “relación inmoral e ilegal entre procuradores y el juez”.
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“Se supone que el juez debe ser un árbitro imparcial para poder decidir si una persona es inocente o culpable. Lo más grave de esta operación es que para combatir la corrupción, puso en peligro el estado de derecho”, explicó el analista.
Para Estrada, esto está ligado a los sistemas judiciales de todos los países. “En el caso de Venezuela y México no han avanzado las investigaciones de Odebretch. Eso deja en evidencia el problema del sistema de justicia latinoamericano, de su falta de independencia y politización. La idea es mejorar los sistemas de justicia”
Finalmente, el especialista enfatizó que todo tiene que ver con la corrupción en el estamento político.
“La cuestión de fondo es como se termina enfrentando la raíz del problema que es la relación entre el dinero y la política. Hay que ver cómo esa relación puede ser más transparente. Infelizmente, la operación Lava Jato no trató eso”, puntualizó.
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