Este viernes se cumple el día 58 de la guerra. El domingo se cumplirá exactamente el segundo mes de la invasión rusa en Ucrania. La situación es de extrema gravedad, ya que se ha cometido crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad y el ejército ruso ha quedado como criminal y violador de mujeres.
Vladimir Putin, lejos de retractarse, ha condecorado a la brigada que actuó en la ciudad de Bucha, y amenaza a Occidente con un nuevo misil balístico de larga distancia que podría destruir un área similar a la de toda Francia.
Por su parte, la resistencia ucraniana ha sido realmente heroica y feroz. Los ucranianos han luchado por cada centímetro de sus ciudades y se niegan a rendirse, como el caso que hemos visto en Mariúpol.
Miguel Gutiérrez, fotoperiodista de la agencia EFE, le ha hecho un gran seguimiento a la guerra y amplió la información en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Ya voy para tres semanas en territorio ucraniano. Ingresé por Leópolis, la misma noche tomé un tren a la capital, y desde Kiev nos hemos movido en las inmediaciones como Bucha, Chernobyl, Irpin, y llegamos hasta Járkov. Lo que más me ha impactado es el desastre y la miseria que he visto, pero también me ha sorprendido la fuerza que tiene el ucraniano y la esperanza de salir adelante, a pesar de que muchas personas lo han perdido”, dijo Gutiérrez.
El periodista señaló que la fuerza del ucraniano se percibe porque hay gente muy religiosa que se aferra a la fe.
“Hay gente que se aferra lo que le quedó, cuidan lo poco o mucho que tienen. Hay gente que está viviendo en estaciones de tren. En Irpin hubo un caso de un señor que regresó a la ciudad y solo pudo rescatar algo de ropa”, apuntó.
En cuanto a su visita a Bucha, Gutiérrez comentó que lo que percibió fue “desolación”.
“Por supuesto vi la fosa común donde a diario sacaban 10 o 15 cuerpos. Considero que el trabajo periodístico, sin minimizarlo, es nada en comparación a lo que hacen bomberos, fiscales, y los militares”, agregó.
El periodista comentó que en estos momentos la ciudad de Kiev está calmada.
“Hay una vibra en la capital, de que la ciudad quiere revivir, pero se entiende que mucha gente tuvo que abandonar a la urbe. Conocimos mucha gente que se dedicaba a una cosa y ahora hace algo totalmente distinto. La vida no es la misma, a pesar de que la gente trata. La gente está buscando retomar lo que le quitaron. En las ciudades en el interior, aún suenan alarmas de ataques de misiles. También vi a otra gente que salió voluntariamente a limpiar las calles y a recoger los destrozos que dejó el paso de las tropas militares”, relató.
Gutiérrez manifestó que las personas que quedan en Kiev, en su mayoría son ancianos, hombres y muchos niños.
“Ellos están consciente de lo que les puede pasar, pero no dan su brazo a torcer y siguen resistiendo. En estos momentos hay un toque de queda muy estricto. Hay muchos lugares cerrados. Solo abre lo esencial, farmacias, hospitales y supermercados. Don estoy, funcionan todos los servicios, pero no es lo mismo lo que viven otras ciudades”, expuso.
Finalmente, el fotoperiodista destacó que saldrá en dos semanas de Ucrania.
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