A medida que más venezolanos se arriesgan a una caminata mortal hacia la frontera con Estados Unidos, se desarrollan escenas brutales a lo largo de un tramo de terreno selvático sin caminos conocido como la Brecha del Darién en Panamá. En un artÃculo para The New York Times, los fotoperiodistas Julie Turkewtiz y Federico RÃos capturan y explican vÃvidamente el desastre económico y humanitario que se está produciendo en Sudamérica y la amarga lucha sobre la polÃtica de inmigración en Washington. Julie Turkewitz y Federico RÃos han estado viajando, y hablan de su reportaje y sus hallazgos mientras caminaban junto a miles de migrantes venezolanos que buscan llegar a los Estados Unidos.
Federico RÃos, fotógrafo The New York Times, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Hicimos todo el trayecto. Mi compañera, Julie Turkewtiz y yo, empezamos el recorrido desde NacoclÃ, que es el lugar en Colombia donde la mayorÃa de los migrantes embarcan en botes para llegar a Panamá. Desde allà emprendimos la caminata, acompañando a varios miles de migrantes, hasta llegar a las estaciones de recepción de migrantes, en San Vicente y Las Blancas. El recorrido para los migrantes tiene diferentes duraciones. Dependiendo el tipo de personas que haga el recorrido y dependiendo de con quién va acompañado. Los hombres atléticos, pueden hacer el recorrido en cuatro o cinco dÃas, si van solos y con poca carga. Pero lo que nos encontramos fue con varias familias y muchos migrantes que viajan en grupos numerosos, que precisamente no tienen acondicionamiento fÃsico ni los implementos necesarios. No tienen botas de goma, suficiente hidratación, muchos pierden la comida, pierden su equipaje, no tienen carpa donde dormir, y eso comienza a retrasar el camino. También vemos muchos que viajan con niños pequeños. Cuando viajan con niños, se los ponen en los hombres y la espalda. Es difÃcil caminar por allÃ. En muchos sectores el lodo atrapa los pies. Para un adulto sacar los pies del lodo es difÃcil y para un niño es mucho másâ€, dijo RÃos.
El periodista señaló que hay migrantes que se tardan entre doce y quince dÃas cruzando el Darién.
“Cuando llega la noche, los migrantes arman su carpa y muchas veces si encuentran un grupo más grande, pueden pasar una o dos noches para recuperar energÃa. Caminar dentro de la selva todo un dÃa, es bien desgastante y afecta al cuerpo. Los hombros están afectados por el morral, los pies tienen ampollas. Los músculos duelen y muchas veces necesitan un tiempo de recuperación mayorâ€, acotó.
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El reportero también comentó que hay lugares de embotellamiento dentro del camino.
“Son tantos los caminantes que hay lugares que son muy difÃciles de cruzar, y la gran cantidad de personas que están cruzando por allà ocupan todo el camino. Hay un descenso que es cuando se cruza el camino, que es la frontera de Colombia y Panamá. Es un descenso peligroso con mucho lodo y unas pendientes muy empinadas. En este puntos se encuentran en embotellamiento y se ayudan los unos y los otros. En medio de esta tragedia tan horrible, una cosa que se nota es la solidaridadâ€, añadió.
La gran mayorÃa de las personas que tratan de pasar el Darién, los empuja la idea del sueño americano.
“Les anima la idea de tener un lugar donde vivir, donde tener un trabajo y que les permita poder comer y un futuro para sus hijosâ€, expuso el fotoperiodista.
Para el periodista, este fenómeno migratorio es un coctel complejo, donde se suma la pérdida de la esperanza, la ilusión de un lugar mejor, y todo está condimentado con una gran desinformaciónâ€, enfatizó.
Finalmente, RÃos destacó que después de haber conversado con muchÃsimas personas atravesando la selva, ellos están persiguiendo un sueño individual y personal.
“Ninguna persona que transita por el Darién cree que se volverá rico, lo cruzan para tener una oportunidad de tener una arepa en la mesaâ€, puntualizó.