43 atletas venezolanos participaron en los juegos olímpicos. Muchos de ellos se labraron el camino con casi ningún apoyo estatal.
Detrás de los nombres de los clasificados hay una odisea para lograr la clasificación, que es la que también viven los ciudadanos venezolanos. Atletas de élite como Rojas han tenido que salir del país para poder desarrollarse. Dueña de varios rankings mundiales en salto triple, la deportista se estableció hace más de cinco años en España para continuar su entrenamiento.
Los deportistas llevan una vida sacrificada. En Venezuela significa atravesar un camino lleno de obstáculos que no tienen que ver con su disciplina. Falta de recursos, la imposibilidad de cumplir los entrenamientos por falta de equipos, gimnasios y canchas.
José Rafael Herrera, profesor titular de la Universidad Central de Venezuela, doctor en Ciencias Políticas, filósofo y ex-director de Cultura de la UCV, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Los griegos celebraban tanto el cuerpo como el espíritu. No se trataba de una técnica deportiva solamente, sino que ese esfuerzo estaba acompañado de voluntad, ganas, y lucha. Eso tenía mucho que ver con razones de carácter espiritual. Para los griegos era inseparable. A propósito de estos satisfactorios triunfos deportivos de la delegación venezolana, es un momento estelar que demuestran que las cosas se pueden cambiar. Así cómo el esfuerzo de una disciplina física se lleva a cabo con una voluntad, esto podría ser un ejemplo para comprender que son posibles cosas más grandes”, dijo Rafael Herrera.
Todos los atletas venezolanos han transmitido un espíritu, vitalidad, personalidad y fuerza, que nos han contagiado a todos.
“Lo que representan estas actuaciones para los venezolanos de a pie, es la posibilidad de no dejarse secuestrar las victorias. No hay que permitir que un obstáculo determinado nos detenga, sino que con voluntad y esfuerzo poder superarlo. Yulimar Rojas nos hizo llorar y saltar de energía. Esa energía es la que los venezolanos necesitan para poder salir adelante”, agregó el experto.
El caso de Yulimar Rojas y Daniel Dhers son totalmente distintos al de Julio Mayora y Keydomar Vallenilla, quienes vienen de orígenes muy humildes pero no tienen tanto patrocinadores como los primeros dos.
“Poder mostrar que no se tiene que ser de una determinada clase social o una determinada élite para poder llegar y alcanzar los logros que se proponen. Tanto es así, que nuestra nación no nació en cuna de oro. El origen de esa batalla viene de los llaneros venezolanos que fueron fundamentales en la independencia. Lo de Vallenilla y Mayora tiene un mérito enorme”, añadió el profesor Herrera.
Para el catedrático, el gran mensaje de fondo de las medallas olímpica de los venezolanos es que “como toda una nación puede salir de abajo desarrollándose y organizándose”, puntualizó.
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