Un estudio de Nature Food publicado ayer lunes, basado en el trabajo de la Universidad de Rutgers, concluyó que más de 5.000 millones de personas morirían de hambre en caso de una guerra nuclear a gran escala entre Estados Unidos y Rusia. Se trata del número indirecto de muertes causadas cuando el hollín de las ciudades y los bosques en llamas entrase en la atmósfera, bloqueando la luz solar que alimenta a las plantas.
CINCO MIL MILLONES DE PERSONAS
Alan Robock, científico climático de Rutgers y coautor del estudio señaló que
“Los datos nos dicen una cosa: debemos evitar que ocurra una guerra nuclear”
Lili Xia, profesora asistente de investigación en el Departamento de Ciencias Ambientales de Rutgers, y autora principal del estudio publicado en la revista Nature Food, utilizó información de investigaciones anteriores y junto a Alan y otros colegas trabajaron para calcular cuánto hollín que bloquearía el sol entraría en la atmósfera a partir de las tormentas de fuego que se encenderían por la detonación de armas nucleares.
Los investigadores calcularon la dispersión del hollín a partir de seis escenarios de guerra (cinco guerras más pequeñas entre India y Pakistán y una gran guerra entre Estados Unidos y Rusia) en función del tamaño del arsenal nuclear de cada país.
Después estos datos se ingresaron en el Modelo del Sistema Terrestre Comunitario, una herramienta de pronóstico del clima respaldada por el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR). El Modelo de Tierras Comunitarias de NCAR hizo posible estimar la productividad de los principales cultivos (maíz, arroz, trigo de primavera y soja) país por país. Los investigadores también examinaron los cambios proyectados en los pastos del ganado y en la pesca marina mundial.
Los resultados son aterradores
Como publica The Hill: “En el caso de una guerra nuclear entre EE. UU. y Rusia, el colapso de las cosechas en los principales graneros provocaría interrupciones en las exportaciones de alimentos, lo que propagaría la hambruna en África y Medio Oriente, áreas que dependen de los alimentos importados para sobrevivir.
Bajo ese escenario, las tres cuartas partes de las personas en la Tierra morirían de hambre dentro de los dos años posteriores a que los misiles dejaran de caer”
A veces es necesario enfrentar las cifras, conocer los impactos para entender por qué esto debe preocuparnos a todos.
Continúa The Hill “Tres o cuatro años después del intercambio nuclear, los rendimientos mundiales de cultivos, animales y pesca se reducirían en un 90 por ciento”.
Hasta una guerra limitada, nuclear, pero más pequeña, que también analizaron en el estuidio de la Universidad de Rutgers, sería devastadora: la producción mundial de alimentos caería un 7 por ciento.
Alan Robock advirtió, sin embargo, que “Una guerra nuclear de cualquier tamaño «destruiría los sistemas alimentarios mundiales» y agregó que “Prohibir las armas nucleares es la única solución a largo plazo”.
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