Se disparan las especulaciones sobre posibles sabotajes tras las fugas submarinas de gas que se han producido en los dos gasoductos paralelos, Nord Stream 1 y 2, a la altura de la isla danesa de Bornholm, en el Báltico. Lo único cierto es que primero Suecia detectó dos explosiones que formaron boquetes en el acero y alfombras de burbujas con diámetros desde 200 metros hasta un kilómetro.
«Es difícil imaginar que se trata de coincidencias», ha dicho por su parte Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca. «No podemos descartar el sabotaje».
Jesús Pérez Triana, analista internacional, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Hay que tener en cuenta que el apoyo de Europa Occidental en su conjunto, ya sea más tibio o más decidido, es fundamental para el esfuerzo de guerra ucraniano, aparte del apoyo económico para un país que está con una economía muy dañada. En este sentido, una de las estrategias fundamentales de Vladimir Putin, consiste en convencer a la sociedad occidental de que tiene que cortar su ayuda a Ucrania, y en esa estrategia está la amenaza nuclear, y otra que es la cuestión económica y energética. Putin espera que la sociedad occidental vea subir mucho los precios de la energía y que se traduzca en una presión de la opinión pública a sus gobiernos. Dentro de esa estrategia global, de usar a la energía como arma, tenemos la sospecha que esto ha sido una agresión rusa”, dijo Pérez Triana.
Para el experto, hay una paradoja, porque en plena guerra en Ucrania, Europa le ha seguido comprando gas a Putin.
“Desde el comienzo de la guerra ha habido varias iniciativas y estrategias para recortar el gas. Aparte los rusos han usado una excusa técnica como averías en los gasoductos, pero ahora hemos visto como los gasoductos han sido atacados en tres puntos, incluso uno que ya estaba cerrado”, apuntó.
La sucesión de los hechos es la siguiente. El lunes, entró en servicio un nuevo gasoducto entre Noruega y Polonia, que era una de las estrategias de diversificación europea. El martes tenemos esta acción, y este miércoles los rusos anuncian que por diversos problemas van a dejar de suministrar gas por uno de los gasoductos que en plena guerra ha seguido funcionando.
“Vemos que los rusos por un lado están recortando gas y por el otro han mostrado su capacidad de dañar los gasoductos. Esto es una señal y una amenaza”, explicó.
La Unión Europea ha sido vehemente en afirmar que estos incidentes han podido ser un sabotaje, pero además han enfatizado en que no reconocerán los referendos que ha realizado Rusia en algunas regiones ucranianas, para afirmar que la población de esas zonas quiere permanecer a Rusia. No obstante, ya se conocen las primeras cifras de estos comicios que indican que el 98% de la población quieren permanecer a Rusia.
De hecho, se estima que para el viernes Putin decrete que esas regiones forman parte del mapa ruso.
“Que ese territorio ucraniano pase a formar parte de Rusia, le permite a Putin desplegar soldados que están haciendo el servicio militar obligatorio. Dejarían de ser territorio extranjero y a ojos de Moscú pasarían a ser territorio ruso, donde podrían implementar las leyes rusas. Además, comenzarán a reclutar a la población local para que realicen el servicio militar ruso, lo que es un crimen de guerra. Lo más complejo es que estos territorios a ojos del Kremlin serán de Rusia, y cualquier operación ucraniana para recuperar estos territorios, Putin lo consideraría como una agresión a Rusia. Esto nos pondría en un escenario donde Rusia están dispuestos a usar armas nucleares tácticas”, expuso.
El actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvedev, llegó a decir que los países de la OTAN no reaccionarían si Rusia hace un ataque nuclear en Ucrania de forma justificada.
“El problema que estamos viendo es de una escalada. Rusia puede usar un arma nuclear táctica y eso dejaría casi sin herramientas no nuclear a Occidente. Si Occidente responde con un arma nuclear, entraríamos en una guerra nuclear. Incluso, un experto decía que Rusia tenía que comenzar a amenazar a Estados Unidos con ataques nucleares en su territorio”, añadió.
Finalmente, Pérez Triana destacó que si entramos en un intercambio de ataques nucleares tácticas, lo que puede ocurrir es que se suba en la escalada.
“Lo que intentan los rusos es disuadir a Occidente de actuar. La situación de duda a la que estamos, es precisamente lo que los rusos quieren”, puntualizó.
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