El descontento social por un Estado de Emergencia, una medida ampliamente impopular en Perú, provocó fuertes protestas en la capital Lima, lo que llevó al presidente Pedro Castillo hacia el final de la tarde de este martes a derogar el toque de queda y Estado de emergencia.
«El Perú no está pasando por un buen momento, pero tenemos que solucionarlo con los poderes del Estado», dijo Castillo este martes al salir del Congreso donde se reunió con la mesa directiva parlamentaria.
Mientras Castillo se dirigía a periodistas anunciando el fin de su impopular medida, afuera del hemiciclo, en Lima, una multitud protestaba y buscaba llegar al Congreso, por lo que la Policía intervino.
Luis Benavente, experto en comunicación política y director de la consultora Vox Populi, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“En Perú hay una situación muy inestable. Había un tema muy importante, antes de que el presidente decretara el toque de queda hace dos días, que era el paro de transportistas el cual originó disturbios y violencia en todo el país, y había cobrado la vida de cuatro personas. Ante este temor y por la incapacidad de manejar el tema por no tener negociaciones políticas abiertas con los opositores, al presidente se le ocurrió decretar un toque de queda en Lima. El anuncio lo hizo a las doce de la noche y comenzaba a las dos de la mañana. Es decir, nadie podía enterarse”, dijo Benavente.
El toque de queda afectó fuertemente a la sociedad peruana que tiene 75% de informalidad.
“La gente se gana el pan día a día y quedaron inhabilitados para trabajar. También hubo un hecho extraño, porque la violencia se había producido en las regiones del país, y el toque de queda se aplicó a Lima y Callao, afectando a 10 millones de personas. El resultado fue que los limeños no hicieron caso al toque de queda y salieron a marchar. Toda la ciudad de Lima se movilizó, realizaron una protesta multitudinaria para pedirle la renuncia al presidente. Ya la protesta no era contra el paro, sino para exigir la salida de Castillo. Ante esta situación, el presidente eliminó el toque de queda”, relató.
Para el analista, el toque de queda fue un error de Pedro Castillo que le afectará mucho políticamente.
“Los procesos políticos generalmente son graduales. El pedido de vacancia y la renuncia, siguen creciendo. El pedido es que el presidente deje el gobierno y va tomando mucha fuerza. Miles de personas en la calle le pedían la renuncia a Castillo, algo que lo descalifica mucho. Hay mucha incapacidad política de Castillo, ha quedado muy afectado y se va quedando solo”, añadió.
El gobierno de Castillo no ha podido establecerse en ocho meses. No obstante, la oposición peruana también está muy disgregada.
“Las protestas fueron espontáneas. Fue una reacción a una medida que tenía señales autoritarias. Hay que destacar que hubo un acto de vandalismo, como tomar por asalto la Corte Suprema de Lima”, manifestó Benavente.
Finalmente, el experto destacó que el futuro inmediato en Perú se ve muy incierto.
“No hay una alternativa clara en la oposición. La presión social puede conducir a la renuncia de Castillo o podría darse un cambio de giro que produzca una vacancia”, puntualizó.
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