FA/CMR
Escribe Vladimiro Mujica en El Nacional sobre la Universidad Central de Venezuela y su “destrucción por diseño polÃticoâ€, como respuesta a la nota de whatsapp de un amigo que entre otras cosas, pensaba que era tiempo de que Nicolás Maduro recibiera un Honoris Causa.
¡Habráse visto mayor disparate!
Señala Vladimiro que “Restringir el uso de recursos públicos para el presupuesto universitario, aniquilando el salario de los profesores, ha sido tan solo una de las estrategias empleadas por el chavismo para desarticular a las universidades, pero a ella hay que sumarle la destrucción de instalaciones, la eliminación de los programas de investigación y los posgrados, y la apertura de universidades paralelas, de calidad muy discutible, donde se siguen formando profesionales de segunda, pero presumiblemente revolucionarios convencidosâ€
Las cifras que cita Vladimiro de un trabajo expuesto en conjunto con el exrector de la Universidad Metropolitana son más que elocuentes:
32 universidades públicas, no autónomas bajo control del régimen, con cerca de 1.500.000 estudiantes (70% de la población estudiantil).
7 universidades públicas autónomas, con cerca de 365.000 estudiantes (17% de la población estudiantil).
27 universidades privadas, con cerca de 290.000 estudiantes (13% de la población estudiantil)
Como advierte Mujica: “En resumen, la revolución se ha ido tomando lentamente los espacios independientes de pensamiento y enseñanza y prepara su asalto final sobre lo que queda de las universidades autónomas, especialmente la joya de la corona, la Universidad Central de Venezuelaâ€
Continúa Mujica: “Todo parece indicar que el gobierno de facto de Nicolás Maduro avanza la fase final de la emboscada y asalto a lo que queda de universidad popular, abierta y democrática en Venezuela…Para adelantar acciones en esta dirección es necesario manipular a los estudiantes para que se expresen en contra de los profesores y concluir las gestiones para declarar que las autoridades actuales están usurpando sus cargos, por no haber habido elecciones en más de diez años, y proceder a la elección de nuevas autoridades bajo las nuevas reglas electorales que incluyen el voto igualitario para docentes, estudiantes, obreros y empleados. Aparte de imponer la tesis de las carreras prioritarias para alinear a la universidad con el Plan de la Patria y el Estado comunalâ€
Se pregunta el autor qué hacer frente a esta artera maniobra, y su respuesta es abandonar las ilusiones y actuar con unidad para transformar la defensa de la universidad en un problema polÃtico de toda la sociedad.
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