“Decadente e injerencista”. “Todo un disco rayado del fracaso. ¡Dan vergüenza!” ésas fueron las palabras utilizadas por el canciller de Maduro, Jorge Arreaza.
Pero, ¿Qué puede ser más decadente que un régimen que viola con frecuencia las normas constitucionales, usurpe el rol de la Asamblea Nacional venezolana en la elección de los rectores del poder electoral, robe abiertamente vía “supuestos opositores”, comprados desde el chavismo, insignias y sede de partidos con tradición democrática para engañar al electorado? Eso sí que es una vergüenza.
Vergüenza que quisieron evitarse los 21 países, que votaron este miércoles 21 de octubre,en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), aprobando una resolución en la que desconocen las elecciones parlamentarias que se celebrarán el próximo 6 de diciembre en Venezuela, convocadas por el gobierno de Nicolás Maduro.
Tomando las palabras de Jorge Arreaza, “todo un disco rayado”, es visible la “injerencia” de Maduro en el proceso electoral.
La resolución avalada por estos 21 países resalta “la carencia de condiciones democráticas mínimas para garantizar elecciones libres, justas y transparentes en la República Bolivariana de Venezuela”, por lo que denuncian la posición de Nicolás Maduro como mandatario venezolano y reafirman su apoyo a Juan Guaidó como presidente legítimo del país.
La resolución insta a que se convoquen, “lo más pronto posible, elecciones presidenciales libres, justas, transparentes y legítimas, con observación internacional independiente y creíble que conduzcan al nombramiento de un gobierno elegido democráticamente y de acuerdo con la voluntad del pueblo venezolano”
“Disco rayado” que no se quiere que siga sonando, con esa melodía estropeada, es el de la dictadura y sus abiertas manipulaciones.
El documento aprobado en la OEA confirma que“Las acciones de Maduro comprometen de manera clara las condiciones mínimas para garantizar la celebración de procesos electorales democráticos, de acuerdo con los estándares internacionales”
Algo de vergüenza, es a la que llamó el vicecanciller del Uruguay, Pablo Tettamanti, cuando cuestiona la postura de Argentina, que se abstuvo como otros 8 países, y la de las otras naciones que votaron en contra: «No hay margen para el matiz. O se está del lado de los derechos humanos y la recuperación democrática en Venezuela o se está del lado de la tiranía. No hay punto intermedio”.
Fue aún más enfático el canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, quien dijo que Uruguay reafirma una vez más “su más firme condena por la injustificable situación que padece el pueblo venezolano…en especial, por el cada vez mayor estrechamiento del espacio democrático en el país, las persistentes violaciones a los Derechos Humanos” y el “empeoramiento de la situación humanitaria agravada por los efectos de la pandemia”.
Bustillo puntualizó que “esta situación es inadmisible en el ámbito interamericano al colidir con los principios esenciales de la Carta Democrática Interamericana y con los valores que caracterizan a las sociedades democráticas”.
El régimen usurpador de Maduro está desnudo y también sus relaciones de intereses con otros países que a falta de vergüenza, callan.Todos reconocen que en esta pista, la aguja del tocadiscos salta y se repite. Disco rayado, pues
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