El 26 de diciembre del año pasado, la Fundación Universidad Hispana anunció el veredicto final de su certamen anual «Concurso periodístico, literario y poético Notas Migratorias César Vallejo 2021», en el cual la poeta judía-venezolana Raquel Markus – Finckler fue elegida ganadora de la especialidad de poesía, la categoría más emblemática e importante con su poema “El apego“.
La ceremonia de entrega de las distinciones de Doctorado Honoris Causa se realizará en Lima, Perú, a principios de abril de este año.
La poeta Raquel Markus-Finckler, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Llegué al poema El Apego, porque yo misma experimenté la emigración. Con mi familia cercana tratamos de establecernos en otro país y fue exitoso. Cuando uno emigra, siente que la partida es para siempre. Las cosas nunca salen como uno espera y finalmente decidimos regresar. Escribir El Apego cuatro meses después de haber emigrado, cuando sentí una nostalgia terrible por todo lo que había dejado atrás y me di cuenta que no estaba completa y una parte de mi se quedó en Venezuela. Tratando de entender lo que sentía comencé a formular este poema, que la primera parte es una gran pregunta y la segunda es una gran respuesta. Fue aceptarme a mí misma con los huecos que tenía en ese momento”, dijo Markus-Finckler.
Emigrar siempre es una decisión fuerte, pero salir a hacer esa apuesta y regresar porque los planes no dieron resultado, es aún más fuerte.
“Emocionalmente es muy duro, porque uno cree que está tomando una decisión de vida. Uno cree que está apostándole todo a otro país. Pero resulta que estábamos peor en muchas circunstancias de lo que estábamos antes de partir. Cuando uno emigra quiere hacerlo para mejorar la calidad de vida y las expectativas, pero realmente luego de unos meses nos dimos cuenta que era muy difícil ejercer nuestras carreras como profesionales, no lográbamos terminar de dominar el idioma y al final no estábamos mejor. Cuando regresamos, nos dimos cuenta que fue una buena decisión el volver. Mi familia está bien, y no tengo esa tristeza profunda que tenía cuando emigré”, explicó la poeta.
Por su condición de judía, Markus-Finckler y su familia emigraron a Israel, pero sin dominar el idioma.
“Había tomado unos cursos para tratar de adaptarme a la vida normal del país, pero era incapaz de insertarme en la vida profesional”, añadió.
Finalmente, la poeta destacó que su calidad de vida estaba decayendo muchísimo.
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