La gran reforma que buscaba proteger el derecho al voto frente a las restricciones impuestas en estados conservadores, naufragó en el Senado estadounidense ayer.Ante un bloqueo republicano, los demócratas no pudieron impulsar dos proyectos de ley ya aprobados por la Cámara de Representantes, la llamada «Ley de la libertad del voto» («Freedom to Vote Act») y la «Ley de promoción de los derechos electorales John Lewis», en honor del fallecido legislador de Georgia y líder del movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos en la década de 1960, y desistieron de activar un procedimiento especial que les permitía someter ambos textos a votación en la Cámara Alta pese al rechazo de la oposición.
Las nuevas leyes que había impulsado el presidente estadounidense buscaban proteger el derecho al voto frente a las restricciones impuestas en estados conservadores.Con ambas leyes se buscaba defender el derecho al sufragio de las minorías y evitaba la supresión de votos
Pero existe otro proyecto, que podría evitar lo que parecía estar de base de la campaña “Stop the Steal” de Trump, la creencia de que el Vicepresidente podía cambiar los resultados ante el conteo de los votos electorales en el Congreso.Creencia que estuvo detrás del asalto al Capitolio.
Para detener ese tipo de llamado a la subversión, el Congreso necesita reformar la Ley de Conteo Electoral, Electoral Count ACT (ECA), que establece muchas de las reglas que se aplican a cómo es que el Congreso cuenta los votos. Se trata de la anticuada ley de 1887 que rige la certificación del voto presidencial.
Esta revisión debe basarse en la premisa de que el Congreso no es una junta nacional de recuento o un tribunal para litigar el resultado de las elecciones presidenciales. No es función del Congreso revisar el recuento de votos populares de un estado.
Todos los que han estudiado esto están de acuerdo en que la Ley de Cómputo Electoral no está claramente escrita y que hay mucho espacio para la manipulación. Por ejemplo, actualmente solo se necesita un miembro de cada cámara para presentar objeciones a los resultados de las elecciones de un estado. Eso alimentó los intentos republicanos el año pasado de frustrar la certificación de la elección del presidente Biden y retrasó los procedimientos, que se vieron interrumpidos por la violación del Capitolio.
Con la reforma a la ECA se propondría elevar ese umbral para que se necesite al menos un tercio de cada cámara para que se escuche una objeción, o más de 30 senadores y 140 miembros de la Cámara. Las reformas garantizarían la finalización oportuna del conteo, evitarían que miembros individuales obstruyan los procedimientos y reducirían las posibilidades de que el Congreso rechace los votos electorales de un estado. De esta forma, las objeciones a los resultados de un estado estarían sujetas al voto de una mayoría calificada, no una mayoría simple, en ambas cámaras.
Antes del procedimiento del 6 de enero del año pasado, Trump presionó al entonces vicepresidente Mike Pence para que abandonara su papel ceremonial para deshacer la victoria de Biden. Poco antes de que comenzara el proceso, Pence emitió una carta rechazando la medida, lo que enfureció a Trump, quien criticó a Pence incluso cuando el ataque del 6 de enero estaba en curso.
La propuesta de reforma de la ECA sostiene que no debería ser el Vicepresidente que presida el acto de conteo sino ser el presidente pro tempore del Senado, generalmente un senador del partido mayoritario con mayor antigüedad. La revisión de la ECA también aclara que el funcionario que presida no tendría discreción sustantiva sobre el conteo de votos, lo que significa que no se le permitiría determinar qué votos se cuentan o no se cuentan, o se presentan o no.
Por ahora las propuestas son resultado de análisis de especialistas y del Senador August King quien ha tratado de sumar a los colegas demócratas del Senado Amy Klobuchar de Minnesota y Richard Durbin de Illinois . Del lado republicano, la senadora Susan Collins, ha lanzado un esfuerzo paralelo en las últimas semanas para reformar la ECA y ha estado reuniéndose con un grupo bipartidista de senadores, incluidos los demócratas Kyrsten Sinema de Arizona, Joe Manchin de West Virginia y Jeanne Shaheen de New Hampshire, además de los republicanos Thom Tillis de Carolina del Norte, Mitt Romney de Utah, Roger Wicker de Mississippi, Steve Daines de Montana y Ron Johnson de Wisconsin.
Definitivamente, reformar la Ley de Conteo Electoral debería ser el resultado de un acuerdo bipartidista que evite la próxima crisis a la democracia antes de que comience.
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