El Banco Mundial presentó sus previsiones para el 2022 y bajó su proyección de crecimiento para el mundo este año, debido a la nueva variante del COVId-19, Omicron.
Según el informe, el crecimiento mundial se desacelerará este año y la situación podría empeorar por el impacto de la variante Omicron, que se propaga rápidamente en todos los continentes acentuando la escasez de mano de obra y los problemas logísticos.
La institución revisó a la baja su previsión de crecimiento del PIB global para 2022 en 0,2 puntos porcentuales, hasta el 4,1% después del 5,5% registrado en 2021. El organismo también destacó que la pandemia ha llevado la deuda global total al nivel más alto en medio siglo, ante lo que se requiere un esfuerzo coordinado.
Luis Miguel González Márquez, director general editorial de El Economista, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Tengo la impresión que el primer factor que tenemos que poner sobre la mesa es que creció la incertidumbre con respecto a cómo será el 2022. No es que 2021 haya sido fácil de predecir, pero la gran novedad es que el 2022 arranca con muchas variables por despejar, tal y como si fuera una ecuación. Claramente está el Omicron y el informe del Banco Mundial hacen referencia al posible impacto de los desastres naturales. Habla de sequías e inundaciones y esos son factores de incertidumbre”, indicó el experto.
La economía se frenó abruptamente con la pandemia en 2020. No obstante, ahora se comienzan a dinamizar nuevamente los factores de producción y se ha demostrado que la variante Omicron no es tan mortal como otras, lo que deberían ser factores positivos.
“Un buen ejemplo nos los dan las líneas aéreas. Efectivamente hay menos letalidad, pero los contagios crecen de manera desbordada y eso hace muy difícil que algunas actividades se desarrollen con normalidad. La cancelación de vuelos por contagios de las tripulaciones nos da una idea. Otro ejemplo son las restricciones de los eventos deportivos. No vamos a volver al 2020, pero tampoco vamos tener una normalidad económica”, agregó González Márquez.
El director de El Economista, también señaló que los países con peores previsiones de crecimiento son Brasil y México.
“El crecimiento económico normalmente depende de cuatro variables: exportaciones, consumo interno, inversión pública e inversión privada. La variable más rezagada en el caso mexicano es la inversión”, explicó.
Finalmente, González Márquez destacó que mucho dependerá de lo que vaya a pasar en la economía estadounidense y china.
“Si bien es cierto que no hay pronósticos muy favorables, en cualquier caso pueden funcionar como unas locomotoras para unos países de América Latina. Otro factor que podría ayudar es el consumo interno de los países”, puntualizó.
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