La cifra global de muertos por el COVID-19 superó este lunes los 5 millones, con Estados Unidos, Brasil e India como los países más golpeados, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. En total, se han registrado más de 246 millones de contagios desde que se inició la pandemia a comienzos de 2020.
«Los cinco millones de muertos son un claro aviso de que no podemos bajar la guardia, de que sigue habiendo hospitales saturados y trabajadores sanitarios agotados, mientras continúa el riesgo de que nuevas variantes se extiendan y cuesten más vidas», dijo el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en un comunicado.
La doctora Mireya Wessolosky, médico especialista en enfermedades infecciosas, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Esta cifra es dolorosa. Cinco millones de personas fallecidas que han dejado atrás a familiares que sufren su ausencia es doloroso. He tenido la oportunidad de estar al lado de familiares que no han podido despedir a sus seres queridos y es bastante duro. Esta es una de las pandemias más grandes que ha vivido la humanidad. Ha habido otras como la fiebre española en 1918, se estima que mató a 50 millones de personas. La cifra actual no es tan enorme como esa, pero pareciera que no le vemos el final a la pandemia del COVID-19, a pesar de tener vacunas disponibles. Seguimos viendo pacientes muy enfermos, las cifras se han reducido, pero la gente sigue falleciendo”, destacó la doctora.
Para Wessolosky la cifra de cinco millones puede ser mayor de lo que realmente es. “Lo decimos con seguridad, porque hay muchos países que tienen problemas para recoger información de la causa de muertes.
En la comparación de la gripe española con el COVID-19, hay un espacio de un siglo. Una distancia considerable que se ve reflejada en la cifras de muertes, porque cinco millones puede ser muy poco comparado con 50 millones. Sin embargo, los avances de la medicina se han visto opacados por los movimientos antivacunas.
“Hay de todo un poco. En los Estados Unidos ha habido una división política y mucha desinformación. No sé por qué ahora no se cree en la ciencia, médicos y en todo los avances que ha habido. Mucha gente no se ha puesto la vacuna, no asisten a los médicos, y no creen que la protección sea necesaria. En 1918 no se contaba con ventiladores, vacunas, y otros recursos. Sin embargo, en aquel entonces la gente usaba mascarillas y seguían más las recomendaciones de salud pública. Ahora mismo, un sector de la gente no cree en la salud pública”, apuntó.
Para la especialista, la desinformación es lo que ha hecho más daño durante la pandemia del COVID-19.
“Hemos visto países que prefieren no realizar los métodos científicos como las vacunas o la protección de la mascarilla. Creo que debemos hacer algo mejor. El mundo científico ha perdido la credibilidad. Por parte del gobierno hubo cierta desinformación. Todo esto ha contribuido a que la gente no crea en la ciencia”, puntualizó Wessolosky
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