El primer ministro del Líbano, Hassan Diab, ha anunciado la dimisión en bloque de su Gobierno , días después de que se produjera una gran explosión en el centro de la ciudad de Beirut. «Hoy damos un paso atrás para estar al lado del pueblo», dijo Diab.
La tragedia ha supuesto un nuevo punto de inflexión en un país inmerso en una crisis política, económica y social. La dimisión del Gobierno allana el camino a unas elecciones anticipadas y un panorama poco alentador.
El profesor Mohamed Badine El Yattioui, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
«La situación en Líbano es compleja, dado el contexto que prevalecía antes de la explosión. Antes del acontecimiento había un ambiente complicado para el gobierno de Hassan Diab, ya que era un Ejecutivo de coalición como lo indica la Constitución libanesa. Era un primer ministro sunita, pero con mayoría chiita como Hezbollah. El contexto económico y social era muy malo y ahora se produce la explosión. No había otra manera de buscar una solución que no fuera la renuncia de Diab. Ahora se van a realizar unas elecciones legislativas y veremos que saldrá de ese proceso», descrito Badine El Yattioui
El Líbano comienza un período de transición y de incertidumbre, hasta que se instale un nuevo gobierno. Sin embargo, dada la inestabilidad política, cualquier cosa podría suceder.
«Hasta la instalación del nuevo gobierno está por ver qué pasará, pero la situación económica, social y el nivel de enojo de la población, no invita a tener pronósticos optimistas«, agregó el profesor.
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Todo parece indicar que Hezbollah tendrá un peso importante en el porvenir del Líbano.
«Hezbollah es el partido más importante del país por su peso político, su peso militar. Hezbollah es una milicia militar que tiene mucha más fuerza que el ejército regular libanés. Tiene un poder económico y social importante. Todo eso complica el asunto, porque Hezbollah depende de Irán a nivel financiero y logístico. Eso complica el juego, porque otras potencias regionales o internacionales se van a querer involucrar para frenar un poco en este grupo», resaltó Badine El Yattioui.
Cuando se observa todo lo que ha sucedido en el Líbano, no es extraño pensar que el principal inconveniente es la convivencia entre tantos grupos religiosos como los cristianos, los sunitas y los chiitas.
«El problema que tenemos es que el gobierno de Hassan Diab llegó al poder en 2019 con muy poco margen. Sin embargo, es un problema más estructural que coyuntural. La división del poder en el Líbano depende del pacto nacional de 1943 que dividía el poder entre sunitas, cristianos y chiitas. Esta división no permite tomar decisiones, porque hay una necesidad de consenso permanente que impide cualquier gobierno tomar decisiones fuertes. Este es el verdadero problema del Líbano, porque cada quien se refiere a la comunidad antes de referirse a la nación. Hezbollah podría ganar las elecciones legislativas, pero no podría llegar al gobierno por el pacto de 1943. Cualquier primer ministro sunita deberá aceptar ser criticado por ser presidente del gobierno, pero en realidad el poder lo tendrá Hezbollah. Esta situación confusa no permite al país modernizarse y activar políticas públicas eficientes», agregó el catedrático.
América Digital
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