Uno de los médicos del líder opositor ruso Alexei Navalny, que se encuentra en su tercera semana de huelga de hambre, dijo que su salud se deteriora con rapidez y el crítico del Kremlin de 44 años podría hallarse al borde de la muerte.
El médico Yaroslav Ashikhmin indicó el pasado sábado que los resultados de las pruebas que recibió de los familiares de Navalny revelan un nivel muy elevado de potasio, lo que puede causar un paro cardíaco, y niveles preocupantes de creatinina que indican problemas renales.
George Filatov, analista e historiador de Rusia, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“En este momento tenemos una información contradictoria, porque las personas que apoyan a Navalny dicen que su estado de salud está bajo gran riesgo. No obstante, por parte de las autoridades se informa que Navalny fue transferido de una enfermería en prisión al hospital especial para prisioneros”, dijo el historiador.
El Alto Comisionado para los Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, ha hecho un llamado para que sus médicos de confianza los evaluaran.
“Hasta el momento solo está siendo atendido por los médicos de la prisión. Sin embargo, el problema es que el médico de su confianza es una oftalmóloga y las autoridades tienen una pequeña duda sobre su criterio de evaluar una huelga de hambre”, agregó el experto.
Para Filatov la médico oftalmólogo podría nombrar a otros médicos que pueden evaluar a Navalny.
“Ella encabeza la alianza de los médicos, que es una organización casi desconocida en Rusia. Solo es conocida con el partido político de Navalny, por eso las autoridades tienen miedo de que sus médicos presenten una información que favorezca a Navalny. Comprendemos que las autoridades rusas también tratan de presentar una información a su favor. Por eso no sabemos a quién le podemos creer”, explicó.
Estados Unidos ha ejercido presión para que el régimen de Valdimir Putin no deje morir a Navalny. Sin embargo, más allá de todo el revuelo internacional, se desconoce cómo es la postura del ruso de a pie.
“El problema es que en parte de los ciudadanos en Rusia no piensan en Navalny, porque tienen otros problemas. Navalny y la oposición rusa no tienen un gran apoyo en las calles. En las grandes ciudades si tienen un poco más apoyo, pero no es tanto. Hay que recordar que cuando el líder opositor fue envenenado fueron los médicos rusos quienes le salvaron la vida y luego en Alemania lo ayudaron a regresar a la normalidad”, agregó.
Filatov destacó que aunque el caso Navalny es de envergadura internacionalmente, en Rusia no lo es.
“En Rusia es noticia para Moscú y San Petersburgo, pero la mayoría de la gente en Rusia están enfocados en resolver sus problemas económicos”, sentenció Filitov
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