La cuerda entre Estados Unidos y Venezuela se sigue destensando. Los Gobiernos han acordado un intercambio de prisioneros, que se convierte en el acuerdo más importante alcanzado desde que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, relajó su política sobre Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
Cinco exgerentes de Citgo, la filial de PDVSA en Houston, detenidos en 2017 en Venezuela cuando venían a una reunión de trabajo en la petrolera, y Mathew Heat y Osman Khan, detenidos en una operación militar desactivada por autoridades venezolanas, fueron este sábado liberados a cambio de Franqui Flores y su primo Efraín Campo Flores, sobrinos de la primera dama Cilia Flores, según han señalado cargos del Gobierno de Estados Unidos en una llamada con periodistas.
También fueron liberados Matthew Heath, un excabo de la Infantería de Marina de Estados Unidos originario de Tennessee y que fue detenido en 2020 en un retén de carretera en Venezuela, así como un hombre de Florida, Osman Khan, arrestado en enero.El Departamento de Estados señaló que todos ellos fueron detenidos injustamente.
Juan Manuel Raffalli, abogado constitucionalista y profesor universitario, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Esto ha generado un enorme revuelo y hay gente que se ha sentido agredida por la decisión, pero no hay manera de que eso no fuera así. Eso es visto como una pequeña victoria y una especie de bálsamo de agüita par el alma en medio de lo que ha ocurrido en las últimas décadas en el país. Ahora, esto hay que analizarlo con un poco más de frialdad y salir del reduccionismo del intercambio. Esto tiene un trasfondo muchísimo más importante. Jurídicamente, en el caso de Venezuela, era mucho más fácil, porque los estadounidenses no habían recibido sentencia firme, y ahí se pueden dar diversas figuras en el derecho procesal penal, que permitieran su liberación. En el caso de los Estados Unidos, el caso sería más complejo, pero sin duda tiene que ver con un basamento jurídico sólido. El tema es qué hay detrás”, dijo Raffalli.
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Para el analista, estamos comenzando a ver con más concreción los resultados de las reuniones de delegaciones estadounidenses en Miraflores, luego de la invasión rusa a Ucrania.
“En estado de suspensión el proceso de diálogo en México, comenzaron esos intercambios entre la administración Biden y la de Maduro, de manera directa. Estamos viendo estas manifestaciones que lo que pretenden es generar confianza en los dos grupos en conflicto. Esto no quiere decir que una decisión tan costosa para el gobierno de Biden, se va a limitar a los siete ciudadanos norteamericanos, lo que está detrás es mucho más. Me atrevo a decir que este es el preludio al regreso a México, porque ese mecanismo de negociaciones directas que ha ido fluyendo y que seguirá, necesita la legitimidad de actores políticos para poder avanzar hacia otras dimensiones, y lo más importante, en el tema electoral”, agregó.
Un aspecto importante que está de fondo, es el político, ya que queda claro que Estados Unidos, el principal aliado del gobierno interino, ya negocia por su cuenta con el régimen de Maduro.
“Si este tipo de decisiones costosas no se hubieran dado, la tierra hubiera sido invadida por Alemania. Si Churchill no se hubiera tragado la tuerca de sentarse al lado de Stalin, la Segunda Guerra hubiera tenido otro desenlace. Son costos del proceso de negociación que se dicen fáciles, pero no lo son. Creo que hay una alta probabilidad de que se vuelva a México. Y mientras más cerca estemos que la oposición defina un liderazgo unificado para un proceso electoral, esa necesidad de volver a México se hace mayor”, explicó.
Finalmente, Raffalli destacó que la prioridad es reconstruir la Constitución y la democracia y no limitarse a victorias parciales o pequeñas.
“Hay que distinguir entre el gobierno interino, la oposición o México. El fin del gobierno interino ha dependido del éxito del mantra. Es una realidad política, se puede seguir llamando gobierno interino, pero la realidad política es otra. Se debe jugar la ficha que da el momento, esa es la opción. Si tengo fe que con miras al 2024, que es la nueva visión estratégica de la oposición, estos mecanismos de encuentros directos junto con México, puedan lograr objetivos concretos”, puntualizó.