Falleció el arquitecto Fruto Vivas a los 94 años. Será recordado por los venezolanos como un gestor de grandes obras, entre las que destacan: La Flor de Hannover, alusiva a la orquídea venezolana sobre un Tepuy, estructura levantada en Barquisimeto 2008.
«Con la muerte de Fruto Vivas se cierra un capítulo muy importante de la construcción de la modernidad venezolana. Uno que buscó formularla desde su propia tradición. Curioso, creativo y frecuentemente transgresor, Fruto fue siempre una referencia insoslayable. Y lo seguirá siendo» Enrique Larrañaga
Larrañaga abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Fruto Vivas es uno de los personajes dentro del mundo de la arquitectura y la cultura venezolana más importante del siglo XX y lo que va en el siglo XXI, porque se mantuvo activo hasta el final. El aparece en la escena en el año 55, cuando siendo todavía estudiante, empieza a proyectar varias capas y la estructura extraordinaria que es el Club Táchira. Eso fue un proyecto cuando Fruto era estudiante. Un estudiante destacado desde el primer momento por sus cualidades en todo sentido, el cual significa que es un personaje que tiene presencia en la cultura venezolana por 70 años”, dijo Larrañaga.
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El arquitecto indicó que Vivas participó en el diseño de casas humildes hasta proyectos monumentales como el “Árbol para Vivir”.
“Fue un hombre de una producción basta y de gran calidad”, indicó.
Fruto Vivas manifestó simpatía por Hugo Chávez y siempre fue un hombre de izquierda.
“Lo primero que es obvio, es que su obra trasciende las etiquetas. Ha habido algún comentario innecesario que podemos explicar, pero no justificar. Cuando las cosas se asienten va a prevalecer la importancia del trabajo”, acotó.
Finalmente, Larrañaga destacó que la obra se impone ante las posiciones políticas de Fruto Vivas.