Monitor de Víctimas presentó su informe sobre los homicidios en Caracas y Lara durante el año 2020. “Pandemia, gasolina y militarización: el cóctel que estimuló la violencia”, fue el nombre del informe, que refleja las características de la violencia homicida en 2020, periodo que estuvo marcado principalmente por las medidas de restricción ante la pandemia de COVID-19 y la escasez de gasolina.
Ronna Rízques, periodista, investigadora y coordinadora de Monitor de Víctimas, amplió la información en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Esto de alguna manera corresponde a lo que hemos visto desde hace tres años, cuando los cuerpos de seguridad han sido los mayores responsables de los homicidios en Caracas y otras ciudades. Lo que ha sucedido, es que para que la gente cumpla el confinamiento el gobierno sacó a los cuerpos de seguridad a la calle. Asimismo, con la escasez de gasolina, la solución del gobierno fue militarizar las estaciones de combustible. La presencia de los cuerpos de seguridad en la calle mantienen esta cifra”, dijo Rízques.
La periodista destacó el caso del estado Lara, donde el 60% de los homicidios fueron cometidos por los cuerpos de seguridad.
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“Con la gestión de Carmen Meléndez como gobernadora del estado Lara, la entidad se convirtió en el estado con mayor casos de letalidad policial”
Otra cifra que alarma es que 428 niños y adolescentes quedaron huérfanos por el asesinato de sus padres. 158 de ellos perdieron la vida a manos de la policía. Esto significa que cada semana los cuerpos de seguridad dejaron a jóvenes sin sus padres.
“Ha sido un patrón que venimos observando y que se repite con mucha similitud en el control del crimen. En la lucha contra el crimen, el gobierno ejecuta a una gran cantidad de venezolanos. Es una constante que se repitió ante las protestas sociales y políticas. También hemos visto algunos motines en las cárceles que han terminado en masacres. Esto es grave, porque quienes se supone deberían garantizar la vida de los venezolanos, están haciendo todo lo contrario”, apuntó la coordinadora de Monitor de Víctimas
“Lo que estamos viendo y en lo que debemos reflexionar, es en el hecho de que los jóvenes que pertenecían a las bandas afirman que no tienen oportunidades. Para ellos su propia vida no tiene valor porque no ven futuro y sienten que la vida de los demás tampoco vale. Es un círculo vicioso preocupante, porque en algunos sectores de opinión considera que está bien que maten a estas personas porque son delincuentes. En este sentido, en Venezuela la muerte es la solución”, puntualizó.