Biden habló de un proyecto de ley Sueños y Promesas 2021 que fue aprobado el 18 de marzo por la Cámara de Representantes y que incluye un camino a la ciudadanía para cerca de 1 millón de dreamers, entre ellos unos 700,000 soñadores amparados bajo el programa DACA, creado por el ex-presidente Barack Obama en junio de 2012, hace exactamente 9 años.
El programa de deportación diferida para los llegados en la infancia (DACA) celebró el pasado martes su noveno aniversario de su creación por todo lo alto, con una movilización frente al Capitolio, discursos y un encuentro con la vicepresidenta Kamala Harris. Sin embargo, todavía hay cierta incertidumbre con el programa y con la ley de reforma migratoria que quiere impulsar la administración Biden.
Adilene Lizarraga, beneficiaria de DACA, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Al ser beneficiaria de DACA puedo tener protección contra la deportación, tengo oportunidad de trabajar, manejar con licencias, asistir a las universidades. Ser beneficiaria de DACA es algo completamente diferente a lo que es ser completamente indocumentada. Igual reconocemos que no es todo, pero nos ha ayudado”, indicó.
En cuanto a su historia y experiencia personal, Lizarraga comentó que “Hace nueve años con la administración del presidente Obama. Es un proceso y es cuestión de pagar la aplicación, que hoy en día está en 500 dólares. Tuve que comprobar que no tengo récord criminal y que estaba en el país por cierto tiempo. Lo más importante es comprobar que no se tienen antecedentes penales. Luego se puede renovar cada dos años y hay que volver a pagar los 500 dólares. Es un proceso que puede tardar un mes o más. Cada dos años uno se encuentra en un limbo, porque el programa se puede cancelar en cualquier momento”.
Lizarraga es nativa de la ciudad de Mazatlán, México y llegó a los Estados Unidos cuando tenía menos de dos años. “La mayoría de la vida la he pasado aquí, no conozco a México. Estados Unidos es el país en el que me críe. Tengo familia en México, pero sería ir a un país que no conozco. Es un sistema de trabajo y de educación extraño para mí”, agregó.
Acualmente, Lizarraga es encargada de los programas de arte y sanación de la organización ALIENTO.
“Asistí al colegio, me gradué de preparatoria, luego asistí a la universidad y ahora mismo estoy en el proceso de desarrollar mis estudios universales. Los beneficiarios de DACA actualmente pagan una matrícula mucho más alta en el estado de Arizona. Esperemos que después de las elecciones de 2022 aprueben que los beneficiarios de DACA paguen su matrícula estatal normal para poder continuar mis estudios.
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