Neurotransmisores, hormonas y feromonas; todo vale en la neurobiología del amor. Numerosos procesos se activan y la concentración de hormonas aumenta cuando estamos con alguien a quien amamos. La historia, la cultura y la evolución ha girado en gran parte en torno al amor.
Rómulo Aponte, médico psiquiatra, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“El amor es la expresión sentimental más evolucionada del ser humano. Aprendemos a enamorarnos a medida que fue avanzando la civilización hacia el hombre moderno. El amor está en la parte superior del cerebro y en otros núcleos fundamentales. Mientras que la rabia está en la parte más baja del cerebro. Estamos hablando de la parte más avanzada del cerebro si hablamos de amor. Hay elementos fundamentales del cerebro para poder experimentar el amor. Una es el área del refuerzo, del placer, del goce, que está conectada con dopamina, que es energía, motivación y placer. En esa área esta el sexo, las adicciones y el amor. No nos extrañe que hayan personas adictas al amor, que son las que sufren los terribles sufrimientos emocionales”, dijo Aponte.
El experto indicó que la otra parte importante del amor, es la corteza pre-frontal.
“Esa es la parte con la que pensamos. Es allí donde está representado el otro o la otra. En la medida que esa parte del cerebro está activa, pensamos en el amor. El amor tiene un componente obsesivo. Nos obsesionamos con la persona amada y pensamos en esa persona. Allí está ese pensamiento y activa otros núcleos del cerebro asociado con el placer”, acotó.
La tercera parte fundamental del amor, es la insular del cerebro.
“Allí amamos, es el centro del amor y el deseo sexual. De tal manera, que es un muy difícil amar sin desear a la otra persona, y es muy difícil tener sexo sin amar. Cuando tenemos mucho sexo, terminamos amando a la otra persona”, explicó.
El psiquiatra señaló que los neurotransmisores se encargan de transmitir el impulso eléctrico de una neurona a otra.
“Esa es la base de la vida, el amor y la sexualidad. Dopamina es alegría y cómo percibimos el exterior. Dopamina es entusiasmo. El neurotransmisor principal de sexo y el amor es la dopamina”, apuntó.
Para Aponte, el amor es una necesidad existencial, que tiene su propia identidad.
“El amor es referido. Uno ama a otra persona y en función de lo que esa persona tiene que se parece a uno mismo. En el amor hay una proyección narcisista del Yo”, expuso.
Finalmente, Aponte destacó que hay un miedo al amor, porque muchas personas creen que es dependencia y pérdida a la libertad.
“Esto se puede compensar con una elevada autoestima. La idea es disfrutar del amor. El amor es una necesidad existencial. La mejor experiencia es el amor erótico, es allí donde está la mayor evolución del ser humano. El periodo de enamoramiento es semanas, pero una vez si se logra el amor y se mantiene la reciprocidad, se puede mantener el afecto amoroso. Los amantes se besan, se acaricia, se tocan, todo eso libera otra hormona, que se llama oxitocina, que hace que las personas se mantengan juntos”, puntualizó.
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