La victoria de Ebrahim Raisi, un protegido del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, se produjo en medio de la participación más baja en la historia de la República Islámica. Millones de iraníes se quedaron en casa desafiando un voto que consideraron inclinado a favor de Raisi después de que un panel dirigido por Khamenei descalificara a su competidor más fuerte.
En los resultados oficiales, Raisi obtuvo 17,9 millones de votos en total, casi el 62% del total de 28,9 millones emitidos. En Teherán, las elecciones vieron una participación del 34%, un número mucho más bajo en años anteriores que vieron los colegios electorales notablemente vacíos.
Susana Mangana, profesora universitaria con doctorando en Estudios árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid, abordó el tema en el programa En Conexión conducido por César Miguel Rondón.
“Tenemos que entender que Ebrahim Raisi es un principalista, lo que se denomina como un ultraconservador. Es decir, es una persona muy cercana al Ayatola y líder de la revolución. Además del presidente, tiene por encima al Ayatola que es un símbolo de Alá. Raisi es un fiscal y un juez. Desde 2017 ha encabezado el poder judicial con lo cual, ya conocemos parte de sus decisiones en materia económica y en política exterior”, dijo Mangana.
Raisi ya ha dicho que no tiene intenciones de reunirse con el presidente de Estados Unidos Joe Biden. Tampoco pretende negociar un nuevo acuerdo nuclear. Lo que deja preocupado a la comunidad internacional.
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“Occidente no debe hacerse el sorprendido, porque se sabía que iba a ganar holgadamente estas elecciones, donde ha dominado la apatía de la población. Menos del 50% fue a las urnas a votar lo que es un máximo histórico. En este sentido hay un desafecto de la sociedad ante la clase política”, añadió la experta.
Para Mangana, Raisi hizo campaña en contra del ala moderada como se le suele llamar. “La prensa occidental distingue entra ultraconservadores y moderados como si se tratara de que se podía cambiar la línea de la política exterior de Irán y eso no va a pasar. Hay un entramado mayor que vela que cualquier presidente siga los lineamientos de la revolución islámica. No se pueden esperar grandes cambios, pero si hay que darle un compas de espera para ver cómo va a negociar con Estados Unidos y con la Unión Europea el regreso al pacto nuclear. Hay expertos que dicen que hay que negociar también el programa de misiles y el financiamiento de Hezbolah”.
En cuanto a la postura de Israel con Raisi, la catedrática afirmó que “hay que alejarse de las narrativas belicistas que hacen ver a Irán como la mayor amenaza de occidente. Hay que entender que siguen habiendo judíos que residente en Irán. Hay que saber diferenciar entre el discurso y las acciones, porque Irán no quiere ir a ningún tipo de conflicto”, puntualizó.