El Centro de Derechos Humanos de la UCAB publicó su cuarto informe titulado: Formas de esclavitud moderna y su impacto en las personas migrantes forzadas y refugiadas venezolanas. Se detalla que durante los últimos 20 años, Venezuela ha presenciado una transformación en las dinámicas de movilidad humana, que tienen un trasfondo político, social y económico.
De acuerdo con el informe, esta transformación se ha desarrollado en dos etapas: la primera, que tuvo lugar en el periodo 1999 -2014, con 768.181 personas; y la segunda, en el periodo 2015- 2021, con 5.4 millones de personas migrantes y refugiadas.
El informe también detalló que en el año 2018 se dio a conocer que alrededor de 40,3 millones de personas en el mundo eran víctimas de esclavitud moderna. De ellas, dos millones se encontraban en Latinoamérica, destacando Venezuela con una tasa de 5,6 víctimas por cada 1.000 habitantes.
Eumelis Moya, abogada y profesora Universitaria, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Este es el cuarto informe de una saga que hemos venido presentando, que habla de la esclavitud moderna en Venezuela, con un especial énfasis en el estado Bolívar. Esto nos ha permitido conocer las dinámicas de cómo se presenta este fenómeno en el país”, dijo Moya.
Para la abogada, la esclavitud moderna, son todas aquellas formas que privan a la persona del desempeño de un trabajo en condiciones dignas.
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“Lo primero que hemos descubierto es que en una población que es víctima de esclavitud moderna, el 76% son mujeres de esa cifra 64% son de niños y adolescentes. Hay dos formas de explotación en el estado Bolívar. Tiene que ver con la laboral y la sexual. En lo referente a lo laboral, hay una privación de las condiciones mínimas y los salarios son muy bajos. También hay explotación sexual que se da mayormente en el arco minero del Orinoco. Lo cierto es que las mujeres se ven sometidas a condiciones denigrantes”, agregó la especialista.
Moya enfatizó que se trata de varios esclavistas en Venezuela.
“Hay varios victimarios que intervienen en esta cadena. Ciertamente hay redes de personas que se dedican a la explotación y que se valen de ofertas laborales engañosas. En esa cadena hay un gran número de personas que intervienen como con el cobro de vacunas”, explicó la abogada.
Para la defensora de los derechos humanos, las personas son obligadas a la esclavitud porque ellas mismas desconocen que están inmersas en una situación de explotación o de esclavitud.
“Todas las personas ven en esa actividad la posibilidad de satisfacer sus necesidades. Luego que ya están en inmersas en la esclavitud, afronta situaciones cómo devolver un pago a una persona que te ayudó. Hay otras personas que están involucradas y no quieren perder la inversión hasta recuperar su dinero. El estudio refleja que las ganancias para el esclavista es de 32 mil millones de dólares al año por temas de la esclavitud moderna en el mundo”, expuso Moya.