FA/CMR
Cuando uno ve los gráficos que reflejan la tendencia de los votantes colombianos contra las élites o lo que se conoce como el “Establishmentâ€o los partidos polÃticos tradicionales, lo primero que nota es la creciente desaprobación que tienen y cómo el colombiano promedio busca encontrar alternativas diferentes.
Escribe en El PaÃs de Madrid, el analista Jorge Galindo, doctor en sociologÃa por la Universidad de Ginebra master en PolÃticas Públicas, sobre este tema y sus reflexiones son valiosas para entender a qué se enfrentan los colombianos. Lo que él llama el “doble vuelco†hacia la izquierda, y alejamiento del establecimiento polÃtico.
Dice Galindo: “Hace ocho años la derecha tradicional, la que se unÃa en torno al expresidente Ãlvaro Uribe y al Partido Conservador, lograba casi la mitad de los votos. Hoy,refiriéndose al domingo pasado, ‘Fico’ Gutiérrez apenas ha levantado un 24%. Mientras, la izquierda ha pasado de un 15% con Clara López Obrador entonces, al 40,5% que ha logrado hoy Gustavo Petro. Entre medias, el centro representado por Sergio Fajardo y Humberto de la Calle alcanzó a empatarle a Petro en 2018. Pero este año su debacle ha sido paralela al ascenso de la izquierda. Mientras, Rodolfo Hernández ha absorbido probablemente una cantidad importante de los votos que otrora estaban en la derecha tradicionalâ€.
El anti-establecimiento ha dejado huellas indelebles en muchos paÃses y ha sido el paso anterior al de los populismos de izquierda o de derecha.
Advierte el analista: “En paralelo, e Ãntimamente relacionado con lo anterior, los votantes se han ido alejando de los candidatos herederos directos del establecimiento polÃtico colombiano, tradicionalmente identificado con los partidos Liberal y Conservador (que dominaron el panorama desde la independencia hasta el final del siglo XX) y después articulado en torno a las figuras de los expresidentes Juan Manuel Santos y Ãlvaro Uribe Vélezâ€.
Sentencia Galindo: “Colombia ha votado por un cambio, pero no ha consensuado cuál será. De eso irá la carrera hasta la segunda vuelta. Con la derecha tradicional desplazada, la decisión se vuelve una entre populismos entendidos en su definición más esencial: la de plataformas que se ven a sà mismas como representantes e intérpretes de la voluntad de un pueblo unitario contra una élite corruptaâ€.
Un pueblo que elige para muchos en base a dos fantasÃas. La que venden las redes sociales del Ingeniero Rodolfo Hernández, un ingenioso trabajo de mercadeo polÃtico alcanzado en Facebook y Tik Tok, y la imagen que se ha pretendido vender de Petro como más cerca del centro, con postura y trajes presidencialistas.
Continuemos con Galindo: “A lo que sà se ha abocado Colombia es a descartar por completo tanto la moderación como la continuidad. Ciertamente, ninguno de los dos candidatos podrá ganar sin acercarse al centro (que en Colombia es ideológicamente más bien de centro-izquierda según los datos, por cierto, pese a lo que muchos digan o piensen) ni hacer alianzas con el establecimiento. Pero la diferencia crucial con respecto a candidatos anteriores es que ambos han construido su carrera desde sus respectivos márgenes del sistema polÃtico, y si en algún momento se ven obligados a escoger entre sus nuevas alianzas necesarias y su vieja base, no serÃa extraño que se mantuvieran fieles a sus esenciasâ€.
Restan ahora 19 dÃas para saber qué ocurrirá con Colombia, mientras tanto los puntos suspensivos nos separan del abismo y señalan que Colombia ya no volverá a ser la misma.