Con el nuevo ascenso de los talibanes al poder, las libertades civiles de las mujeres afganas se ven amenazadas. Desde hace 20 años, cuando el ejército norteamericano y las potencias occidentales invadieron el país del Medio Oriente y se constituyó un gobierno de apoyo occidental, las mujeres pudieron trabajar, estudiar y quitarse el velo que les cubría todo el rostro.
A pesar de que los talibanes se han presentado como un grupo menos radical, hay contradicciones porque han afirmado que las mujeres tendrán las libertades bajo el marco de la ley sharía.
Heather Barr, co-directora de la división de Derechos de la Mujer en Human Rights Watch, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“No hay motivo alguno para creer en el cambio talibán. No hay tal cosa como un talibán 2.0, porque esa modernidad no les ha llegado. Las limitaciones a la mujer están allí de nuevo. Se les prohíbe salir a las calles, trabajar y tener algún tipo de autonomía”, indicó Barr.
Los talibanes han dicho que las mujeres no tienen derecho a protestar. Es como si la voz de las mujeres quede silenciada por completo.
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“La visión de la mujer que tienen los talibanes es absolutamente primitiva y está alejada de lo que es el pensamiento central de los islamistas a la fecha de hoy. Para los talibanes la mujer es una cosa, una propiedad y un objeto que no tiene ningún tipo de derecho ni autonomía”, explicó la codirectora de la división de los Derechos de la Mujer en Human Rights Whatch.
Barr también afirmó que hasta los seis años las niñas pueden ir a la escuela, pero la educación mixta, entre niños y niñas está prohibida.
“Esto es una clara violación de los acuerdos de derechos humanos a nivel internacional que han sido firmados por Afganistán. Hemos visto las reacciones de valientes mujeres que han salido a las calles a protestar. Ellas quieren luchar por sus derechos. La pregunta está en si la comunidad internacional va a respaldar a estas mujeres o les dará la espalda”, destacó la experta.
En cuanto al futuro de las mujeres en Afganistán que ya estaban inmersas en el mercado laboral e incluso había una alcaldesa, Barr señaló que “los talibanes no se caracterizan por ser tolerantes ante los disensos. Deberían honrar su palabra de respetar derechos y permitir que los organismos internacionales puedan ir a monitorear sus acciones”.