Joe Biden accedió a rebajar su «histórico» plan de gasto social a 1,75 billones de dólares respecto a los 3,5 billones iniciales, dejando fuera medidas como la baja pagada por maternidad.
Joaquín Pérez Rodríguez, analista político, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Esto es un juego entre dos fuerzas opuestas. Está la gente más radical hacia la izquierda en la Cámara de Representantes y están los conservadores en el Senado, quienes dicen que no pueden permitir que haya un aumento en los impuestos para la clase alta, mientras que los primeros no aceptan una disminución de impuestos que se traduce en la eliminación de programas sociales. En el Senado ya se aprobó el plan de infraestructura que reactivará la economía, pero los radicales de izquierda dicen que aprobarán ese proyecto en la Cámara de Representantes hasta que en el Senado se apruebe el paquete social. Todo se complica más porque ambas cámaras están casi empatadas. Al final, creo que habrá una tendencia en aprobar las dos leyes en el mismo momento y por ambos montos”, dijo Pérez Rodríguez.
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La situación se le complica al presidente Biden, porque su presidencia depende de la aprobación de esos dos planes que estarían destinados a reactivar la economía.
“Se habla que la próxima semana ya podrían haber acuerdo para aprobar ambos planes. No obstante, no creo que la presidencia de Biden esté atada exclusivamente a esos planes, porque también está el control de la pandemia que lo está logrando. Para el presidente y los demócratas sería una gran cosa contar con una inversión de 3 billones de dólares, porque eso significa mucho trabajo en la calle y una modernización que el país la necesita por la competencia que tiene con China”, agregó.
Sin embargo, uno de los objetivos del presidente estadounidense era tener en el bolsillo una inversión concreta respecto al tema de la crisis climática para presentarla en el G-20.
“No logró tener una inversión concreta y eso va a dañar su imagen ante los otros países”, explicó.