El pasado 21 de noviembre el resultado de la elección a gobernador en Barinas, estado suroccidental de Venezuela favoreció al abanderado opositor, Freddy Superlano, pero el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) esgrimió una supuesta inhabilitación para anular los resultados electorales y ordenar la repetición de comicios.Las nuevas votaciones se realizaron ayer.
Este 9 de enero a las 8:48 de la noche el ex yerno de Hugo Chávez, ex canciller y ex ministro del régimen de Nicolás Maduro, candidato a gobernador de Barinas, publicaba un tuit:
“Barinas querida. La información que recibimos de nuestras estructuras del PSUV, indican que, aunque aumentamos en votación, no hemos logrado el objetivo. Agradezco de corazón a nuestra heroica militancia. Seguiremos protegiendo al pueblo barinés desde todos los espacios”.
Lo cierto es que la derrota sufrida por el PSUV en Barinas fue contundente.
172.497 un 55,36% Sergio Garrido
128.583 un 41,27% Jorge Arreaza
5.996 un 1,77% Claudio Fermin
El periodista y especialista en asuntos electorales, Eugenio Martínez, lo deja muy claro:
“El 21 de noviembre de 2021, la diferencia que el chavismo se negó a aceptar en Barinas fue de 130 votos, menos de 0,5 puntos porcentuales. En la elección del 9 de enero la diferencia fue 49 mil votos (14 puntos porcentuales). La candidatura de Claudio Fermín le hizo perder a la Alianza Democrática 38 mil votos.
El candidato de la Alianza Democrática obtuvo 44 mil votos en Barinas el 21 de noviembre pasado, pero el 9 de enero no llegó a seis mil sufragios.
¿qué ocurrió entonces?
Hay varias lecciones que nos dejan estos resultados. Es importante saber utilizar las elecciones como una de las palancas necesarias para el cambio. El voto en participación masiva y con un candidato unitario generó resultados innegables.El volumen de votos no se pudo ocultar. El porcentaje de participación en Barinas fue de 51,8%. Definitivamente el voto masivo, mata la trampa.
Nos lo decía hoy el Luis Vicente León, en nuestro programa radial, en Barinas perdió el chavismo y el abstencionismo. “No valió populismo, movilización oficial, desplazamiento militar, control institucional ni ataques virulentos contra quienes querían votar. Se trata de una importante lección sobre la potencia del voto para presionar cambios, incluso cuando las condiciones electorales sean desventajosas”.
Algo interesante de destacar es que el haber tenido a todas las fuerzas políticas y líderes opositores institucionales volcados en Barinas respaldando su candidato, como añade Luis Vicente, permitió motivar el voto, “canalizar la rabia y producir un triunfo con una simbología fundamental para la oposición”.
Barinas es el estado natal de Chávez y ha sido hasta ahora un bastión del poder chavista, pero electoralmente no fue un imposible, resultó un verdadero ejemplo.
En pocas palabras, a la oposición institucional venezolana le toca estimular la participación electoral, el voto es su herramienta, es vital articularse alrededor de una campaña homogénea y motivar la concentración del voto en las fuerzas reales de la oposición sin hacer el juego a los divisionistas como señala León. Es necesario no pisar el peine de la polarización.
Pero también es urgente utilizar el voto hacia adentro, en lo interno de sus filas, renovando el liderazgo opositor.
La unidad para lograr la transición a la democracia en Venezuela está en torno a una estrategia electoral compartida, es tiempo ya de asumirlo como única vía.
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