Criminales e insurgentes manejan extensas zonas del territorio de Venezuela. Llevan agua potable a los residentes de los pajonales áridos, imparten talleres de agricultura y ofrecen revisiones médicas. Median en las disputas por la tierra, multan a los ladrones de ganado, resuelven divorcios, investigan delitos y castigan a los ladrones.
No son policías, ni funcionarios, ni miembros del gobierno de Venezuela, que prácticamente ha desaparecido de esta zona empobrecida del país. Todo lo contrario: pertenecen a uno de los grupos rebeldes más conocidos de la vecina Colombia, considerado terrorista por EE.UU. y la Unión Europea por llevar a cabo atentados y secuestros durante décadas de violencia.
Anatoly Kurmanaev, periodista de The New York Times, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“La idea de este trabajo era demostrar la pérdida del control territorial del gobierno venezolano y que significa esto para personas que viven en zonas rurales del país. A través del pueblo de la Guajira quisimos mostrar cómo se vive en muchas zonas del país”, dijo Kurmanaev.
Para el periodista, el estado venezolano ya no existe ni da garantía de seguridad, resolución de conflictos o servicios sociales. “Esto lo han aprovechado diferentes grupos irregulares armados. En esta zona en particular fue el ELN, pero también en otras zonas están las FARC, los mineros ilegales, los pranes o las megabandas de Caracas. Son distintos actores que están llenando el vacío de poder que está dejando Maduro”.
Al hablar de las “megabandas” de Caracas, es imposible no hacer alusión a la banda de “El Coqui”, que hace días hizo correr a la policía y el director del CICPC, Douglas Rico, dijo que iban a negociar con la banda para que depusiera su actitud hostil.
“El estado ha perdido el control del territorio por un proceso complejo, pero lo más importante es la falta de dinero. Para tener presencia y dar servicios públicos se necesitan recursos. Hace falta la presencia policial, se necesita proveer agua, electricidad, también hacen falta jueces y fiscales. Todo esto significa mucho dinero y en los últimos años el gobierno se quedó sin recursos”, explicó el periodista.
Para Kurmanaev, toda esta situación de caos le conviene a Maduro para mantenerse en el poder.
“Creo que Maduro ha sido un maestro en manejar el caos y navegar por las aguas turbias para mantener el control del poder, que no es lo mismo que dirigir la situación. Puede mantenerse a flote en medio de este caos. Ha sido una buena habilidad política. Mientras esos grupos armados no atenten contra su gobierno, él tolera su presencia”, agregó.
El periodista destacó que la población ha permitido esto, porque ha sido la única forma de parar la violencia. “Estos grupos han dado poder de estabilidad en esas zonas y han eliminado la violencia común. El único interés de estos grupos es la extorsión y el tráfico de personas. No hay un organismo que le dé seguridad a la población”, puntualizó.
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