Este domingo se realizaron las elecciones en Barinas, estado natal de Hugo Chávez y bastión del chavismo. El acontecer político venezolano se centró en ese escenario y el resultado fue una victoria contundente para el candidato de la oposición, Sergio Garrido, quien derrotó al ex-canciller, Jorge Arreaza.
Ambos candidatos hicieron campaña durante aproximadamente cinco semanas después de que el TSJ subordinado a Nicolás Maduro desconociera la victoria de Freddy Superlano el pasado 21 de noviembre.
De esta forma, la oposición logra un triunfo que pone fin a la dinastía Chávez.
“Este pueblo de Barinas aceptó el reto democráticamente y logramos hoy día ser el estado ícono de toda Venezuela», declaró Garrido. «Hoy los barinenses demostraron que en unidad y con la fuerza de todos ustedes, lo lograron, lograron vencer los obstáculos, logramos vencer las adversidades”, agregó.
Ángel Álvarez, PhD en Ciencias Políticas por la Universidad de Notre Dame, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Es un resultado sumamente interesante, producto del empeño hecho por el gobierno por tratar de mantener el control de un estado emblemático, porque fue donde surgió Hugo Chávez. Hizo un esfuerzo desproporcionadamente grande, parecía una campaña presidencial, y sin embargo no logró la victoria. Esto indica un nivel de rechazo sumamente alto de la población de Barinas hacia el gobierno de Maduro. Otro elemento importante fue el esfuerzo puesto de la unidad para ofrecer una candidatura aceptable. El tercer elemento que vale la pena destacar es el hecho de que Sergio Garrido tiene su origen político en Acción Democrática, lo cual es curioso. Luego de 23 años en los que el gobierno ha tratado de destruir a Acción Democrática, todos los gobernadores electos de la oposición fueron en algún momento militantes de ese partido”, apuntó.
El régimen de Maduro cometió un error capital al no aceptar la victoria de Superlano y la derrota de Argenis Chávez el pasado 21 de noviembre, cuyos resultados fueron muy cerrados. Ahora, la victoria de Garrido sobre Arreaza fue abrumadora, aventajando con más de 10 puntos porcentuales.
“El régimen debería aprender que hay un enorme porcentaje de la población venezolana que desea una liberación de los controles económicos, la gente quiere una economía más abierta, y un juego político más libre. Estos dos elementos están claros y el gobierno debería entenderlos, pero en el fondo hay un asunto de poder. El costo de Maduro al abandonar el poder será sumamente alto. Al margen de estos resultados, el gobierno necesita aferrarse al poder y por eso buscará la manera de seguir controlando el poder y mandará una retaliación a la oposición”, agregó.
Desde el punto de vista de la oposición, pareciera que es una derrota para los sectores radicales y abstencionistas.
“La dirigencia opositora está constituida por una enorme cantidad de tendencias y facciones que no se ven resueltas por estas elecciones. Esto es el inicio de un proceso dentro de la oposición para determinar la estrategia que agrupa a la mayor cantidad de organizaciones. No obstante, hay personas como María Corina Machado que ha decidido no formar parte de una coalición electoral», explicó.
Finalmente, Álvarez destacó que el problema de fondo de la oposición es de coordinación de las distintas estrategias y de decisión entre los distintos liderazgo.
«Queda claro que a la oposición le queda un solo recurso, que es el electoral”, puntualizó.
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