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El presidente estadounidense Joe Biden no contaba con que un error táctico podrÃa ocasionarle tantos problemas. Aunque los errores estratégicos vengan del pasado y el acuerdo con los talibanes, plagado de concesiones hacia ellos, tenga la firma del expresidente Donald Trump, lo que ha ocurrido es una vergüenza.
Tras una intervención de 20 años, todo el poder de Estados Unidos pareciera reducirse al perÃmetro del aeropuerto de Kabul, donde ha ocurrido de todo. Caos y anarquÃa, muertes y tiroteos, tras la toma de posesión de los talibanes.
Los talibanes se lavan las manos, argumentando que es Estados Unidos, que está controlando el aeropuerto con 5.200 soldados, el que no logra mantener un control adecuado, aunque han sido los combatientes del grupo talibán quienes golpearon y dispararon a quienes intentaban acceder al lugar.Â
Un funcionario de la OTAN advierte que 20 personas han muerto en las caóticas escenas tanto en la pista como fuera del aeropuerto desde el domingo 15 de agosto. Se han evacuado 28 mil personas pero quedan aún más por evacuar.
Hemos sido testigos de escenas desgarradoras. Ayer, siete afganos, incluida una niña de dos años, murieron pisoteados en el aeropuerto. El sábado, una mujer afgana se puso de parto en un vuelo de evacuación.Â
Y parece que esto no termina, porque funcionarios de defensa de Estados Unidos advirtieron de una posible amenaza del Estado Islámico, el grupo terrorista más conocido como ISIS, al aeropuerto y a los estadounidenses que intentan evacuar. Eso serÃa mucho peor.
El reloj va en cuenta regresiva, queda poco tiempo para cumplir con el plazo establecido. El presidente Biden está considerando retrasar su fecha lÃmite del 31 de agosto para la retirada de las tropas estadounidenses, pero los talibanes han dejado en claro que una extensión del plazo de Estados Unidos para el retiro de tropas no serÃa bienvenida. Mohammad Naem, portavoz de los talibanes en Qatar, dijo que «DeberÃan terminar la evacuación antes del 31 de agosto como prometieron»Â
A través de la Flota Aérea de la Reserva Civil (CRAF), un programa voluntario que se remonta a la década de 1950, que al activarse permite al gobierno federal solicitar ayuda a las aerolÃneas comerciales durante una crisis de defensa nacional, el gobierno de Biden busca terminar de extraer estadounidenses y colaboradores afganos de Kabul. Estados Unidos solo lo ha usado ese programa dos veces antes: durante la Guerra del Golfo y la Guerra de Irak. Dieciocho vuelos comerciales de seis aerolÃneas ya han sido activados para ese fin.
Hay mucho en riesgo todavÃa, en términos de acciones e impactos potenciales. Desde que ocurra una acción terrorista hasta que Estados Unidos deba bajar la cabeza aún más.¿TendrÃa que solicitar autorización Biden a los talibanes, pedirles, que les dejen concluir con sus acciones aún si el tiempo no da para ello?
Mientras tanto, ¿qué piensan los estadounidenses en casa? Según una encuesta del Centro de Investigación de Asuntos Públicos AP-NORC,  casi dos tercios de los estadounidenses dicen que la guerra en Afganistán, que costó aproximadamente 2 billones de dólares y más de 2.440 vidas de miembros del servicio estadounidense, no valió la pena. Aunque casi todos los estadounidenses siguen preocupados de que los grupos extremistas extranjeros sigan siendo una amenaza para su propio paÃs, la preocupación hacia el terrorismo doméstico es mayor.
Estados Unidos como el guerrero errante, el Goliat de las intervenciones militares, muestra la frente. La piedra espera aún en la catapulta, pero aún no sabemos en manos de quién está, esa lanzadera.