La situación en Afganistán se va olvidando de a poco. Después de la abrupta salida de las tropas estadounidenses y de todo el caos que se formó por los civiles que querían salir del país para no estar a merced de los talibanes, todo ha empeorado.
Los derechos de la mujer se han vulnerado de forma extrema. Hay violación de derechos humanos, la pobreza ha aumentado y ahora se suma una hambruna causada por una excepcional sequía.
Eva Borreguero, profesora de ciencia política en la Universidad Complutense de Madrid, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“En este momento, la comunidad internacional está a la espera de ver cómo el régimen talibán levanta el país, pero sobre todo cómo cumple con una serie de expectativas y compromisos que tiene para que la comunidad internacional le brinde su apoyo y respaldo. No obstante, las noticias que estamos viendo en los últimos meses no son muy esperanzadoras, porque las condiciones mínimas que se esperan que se respetaran, no se están cumpliendo”, dijo Borreguero.
La profesora manifestó que según los últimos informes, se han producido 100 ejecuciones extraoficiales y la condición de la mujer se está conservando al detalle.
“Se ha prohibido que las niñas vayan a la educación secundaria y hay diversas denuncias de mujeres que se han manifestado en público y las han desaparecido. En ese sentido, no hay mucha esperanza”, explicó.
Más allá de ese escenario, la propia vulnerabilidad del régimen talibán, que depende básicamente de la ayuda internacional para subsistir, se espera que la presión de la comunidad internacional pueda tener algún efecto.
En estos momentos, representantes de los talibanes se están reuniendo en Oslo para buscar ayuda económica.
“Las mujeres se han quedado en las casas, en el espacio privado del hogar. Esto supone una pérdida enorme, porque hay muchas mujeres en capacidad y en condiciones de trabajar. Son profesionales muy útiles para el país, pero lo que hay es una gran represión sobre ellas”, apuntó.
La situación de Afganistán es una paradoja, porque los talibanes tienen una mentalidad medieval, pero tienen necesidades del siglo XXI.
“Lo que puede hacer la comunidad internacional, es condicionar el reconocimiento del régimen talibán y cualquier tipo de colaboración, a que respeten unos derechos mínimo de las mujeres. Todo está sobre la mesa y lo único que tiene que hacer occidente es incluir a China, que también está de acuerdo con estos principios.
Finalmente, Borreguero enfatizó que el gobierno talibán es muy vulnerable porque dependen económicamente del exterior y el país está en unas ruinas absolutas.
“Habrá qué ver hasta qué punto son capaces los talibanes de mantener un país con su mentalidad. Además hay facciones entre los grupos talibanes”, puntualizó.
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