En medio de la desesperanza y el caos que viven los venezolanos, el liderazgo del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, transita por horas bajas. Sin embargo, este martes se tomó una acción que dejó a un lado la lucha política y se antepuso el bienestar de la sociedad. Se trata de un acuerdo humanitario firmado por Julio Castro, en nombre de la comisión de expertos de la salud de la Asamblea Nacional y el régimen de Nicolás Maduro.
De esta forma se abren las puertas para que se realice un trabajo coordinado a fin de combatir la pandemia de COVID-19, con la ayuda humanitaria enviada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El documento establece que para salvar vidas, proteger al personal sanitario y reducir la transmisión de la enfermedad, se necesita el trabajo complementario de todas las entidades públicas y privada.
El escritor, analista y articulista en The New York Times, Alberto Barrera Tyszka, analizó la situación del liderazgo opositor venezolano en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
«Es un avance político importante de cara a las víctimas de pandemia en Venezuela. También hay que destacar que es parte del reconocimiento de los actores políticos. La dictadura reconoce la crisis humanitaria y que además hay una fuerza política legítima encabezada por Guaidó. La situación venezolana es muy complicada y aunque a mucha gente no le guste hablar de la negociación, no veo otra salida», dijo el articulista.
Sobre el liderazgo de Juan Guaidó
Algunas voces han criticado recientemente la gestión política del presidente interino en Venezuela y precisamente sobre este tema se trató un artículo publicado por Barrera Tyszka en The New York Times bajo el título: ¿El fin de Juan Guaidó?
«Esa es la pregunta que nos estamos haciendo muchos venezolanos. Hace dos años empezó una gran esperanza para la democracia venezolana cuando Guaidó asume la presidencia de la Asamblea Nacional y declara a Maduro como usurpador. Pero ese sentimiento de esperanza se ha ido desgastando y hay una sensación de desesperanza en Venezuela», explicó Barrera Tyszka.
La situación preocupa a algunos, ya que pareciera estar en juego todo lo que se había logrado internacionalmente y el reconocimiento de Guaidó como presidente legítimo.
«Parte del problema es que la dirigencia de la oposición no tiene un plan B frente a las jugadas del régimen. Se han tenido dificultades de pensar que va a suceder un poco más allá. Estamos en un año electoral y es el último año en vigencia de la Asamblea Nacional que se eligió en 2015. Se pudiera decir que el ciclo de Guaidó está terminando y hay que pensar en qué viene después», expuso el analista.
División en la oposición
Una de las debilidades que los expertos critican de la oposición es que no ha sido monolítica. Siempre salen a relucir las diferencias entre los líderes, que terminan alejando al objetivo común que es lograr el cambio político.
«Es otro de los elementos que han venido haciendo mucho daño. Desde que el liderazgo lo tenía Henrique Capriles, se vio la falta de unión de la oposición. En el caso de Guaidó fue muy fuerte. Todo el sector de María Corina Machado y Antonio Ledezma han saboteado el liderazgo de Guaidó. También ha sido un error invocar la fantasía de la invasión, porque genera falsa expectativa en el país», sentenció el escritor.
América Digital
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