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La prolongada salida polÃtica de Boris Johnson ha sido un viaje largo, con las caracterÃsticas de una odisea griega clásica, pero ha terminado como una fábula, con una moraleja. “Se puede engañar a algunos todo el tiempo, o a todos durante cierto tiempo, pero que no se puede engañar a todos todo el tiempoâ€
The Guardian en su editorial señala: “Fraude es una palabra que puede describir una persona y una acción; el engaño y el engañador. Boris Johnson es ambos. Es un mentiroso en serie, pero también la encarnación de las falsedades vendidas al paÃs por el partido que eligió hacerlo su lÃder. Su renuncia pondrÃa fin a una época sombrÃa y destructiva para la democracia británica, cuando los códigos no escritos de decencia y dignidad que están destinados a proteger contra el abuso de poder han sido probados y encontrados deficientesâ€.
Johnson renunció hoy y esto, esta vez, sà es verdad. En su discurso señaló.“Me rompe el corazón que no haya escuchado y que esté socavando los increÃbles logros de este Gobierno a última hora. Nadie olvidará que se logró sacar adelante el Brexit, que se dejó fuera de Downing Street a un peligroso antisemita -en aparente referencia al exlÃder laborista Jeremy Corbyn- o nuestra gestión de la Covid-19 y nuestro apoyo a Ucrania cuando lo necesitabaâ€
Advierte The Guardian que: “Con las excepciones del apoyo a Ucrania y el perÃodo de respuesta de emergencia a la pandemia, el gobierno de Johnson ha estado sin una agenda significativa desde que completó la retirada de Gran Bretaña de la Unión Europea en 2020. Incluso entonces, el primer ministro saboteó posteriormente el mismo acuerdo que firmóâ€.Â
Continúa The Guardian: “La negligencia sistémica de las funciones básicas del gobierno serÃa irresponsable en tiempos de estabilidad económica. En el clima actual, cuando millones de personas luchan por alimentar a sus familias y pagar sus facturas, cuando la nación se enfrenta a una caÃda en el nivel de vida más pronunciada que nunca en décadas, el enfoque de Johnson equivale a insensibilidad deliberada y desprecio por el electoradoâ€.
Pero el impacto de su gobierno, de sus mentiras y escándalos ensombrece sus logros. Como señala The Guardian. “Es un legado que los votantes no olvidarán rápidamente, ni perdonarán a los conservadores que durante tanto tiempo fueron cómplices de la pretensión de que Gran Bretaña tenÃa un primer ministro funcional y un gobierno respetable. El partido Tory subordinó su historia, su juicio y su identidad polÃtica al servicio del monstruoso ego de un hombre. Retirarlo es un requisito previo para la renovación democrática, pero los tories están descalificados para esa tarea. Exige un cambio de régimen más profundoâ€.
Hoy Boris Johnson, el torero de escándalos, un hombre atÃpico del ejercicio de la polÃtica, que le dio a los conservadores su más grande mayorÃa desde la victoria de Margaret Thatcher en 1987 compartirá también su final. Renunciar en desgracia.