El comité que investiga el asalto al Capitolio acusó a Donald Trump de alentar «un golpe de Estado».El organismo ha apuntado al grupo ultraderechista Proud Boys como uno de los posibles artífices del ataque, enmarcado en una conspiración de organizaciones de extrema derecha que respaldaban al expresidente de EEUU
El analista político, Joseph Hage, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“No cabe duda de que han detallado bastante los acontecimientos del 6 de enero, pero todavía hay muchas preguntas a las que no hemos tenido respuestas. Lo mismo pasará con el Departamento de Justicia, ya que deben tener más evidencia. Lo que tienen a mano ahora, es consecuencia de testimonios, pero desde el punto de vista legal, todavía no pueden vincular a grupos que asaltaron El Capitolio con Donald Trump”, dijo Hage.
El analista considera que desde el punto de vista legal todavía no se puede establecer una vinculación directa.
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“Ahora, políticamente es otra cosa. Ya lo causaron e incluso la propia familia de Trump ha ofrecido testimonios. No obstante, la justicia no puede analizar puntos de vista sino evidencia contundente para determinar si el ex-presidente se comunicó con los grupos que estaban asaltando el Capitolio”, apuntó.
Para el experto, es determinante saber por qué la seguridad de El Capitolio se rompió de esa manera.
“Hemos visto videos de miembros de seguridad que no contuvieron a la gente. También algunos republicanos, le están pidiendo a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que facilite las evidencias que todavía no se han visto públicamente”, señaló.
El analista también expuso que durante la audiencia de este lunes, se pedirá más tiempo para determinar qué tanto estuvo involucrado Trump.
“Pelosi no ha entregado esas evidencias porque hay algo importante que no quiere que se vea y que pueda cambiar la opinión de los investigadores. Los demócratas dicen que es algo de seguridad y que develarán los puntos débiles de la seguridad de El Capitolio.
Finalmente, Hage destacó que el asalto al Capitolio es un tema muy incómodo para los Estados Unidos y que los deja en una mala posición frente al mundo occidental y las democracias de la región.
“Al mismo tiempo, el sistema político le quiere sacar el jugo lo más posible, para poder usar el hecho en futuras campañas electorales”, puntualizó.