La invasión de Rusia en Ucrania ha desencadenado una condena generalizada en el mundo, pero las naciones occidentales se han visto decepcionadas por la prudencia de un aliado esperable para estas contiendas: Israel.
El país mediterráneo ha mantenido hasta ahora una postura destacadamente más reservada que los países de la OTAN. También que socios habituales de Occidente como Japón y Australia.
Solo en los últimos días, la presión de EE.UU. y otros aliados clave ha hecho cambiar a Israel. El primer ministro del país, Naftali Bennett, estuvo este fin de semana en Moscú y en Berlín para reunirse con Vladimir Putin y Olaf Scholz.
Gabriel Ben – Tasgal, periodista especialista en Medio Oriente, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Naftali Bennett intenta jugar un papel importante como mediador, teniendo en cuenta las relaciones que tienen Israel y Rusia. No obstante, sabemos perfectamente bien, que un buen mediador debe tener dos cualidades que Bennett no tiene. La primera es la capacidad para presionar a las dos partes y la segunda es la capacidad para poder premiar a las partes. En este sentido, dudo mucho que pueda ser un mediador eficaz en un conflicto tan grave”, señaló Ben-Tasgal.
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El periodista comentó que por un lado, lo que quiere Zelensky de Israel es un estereotipo basado en el antisemitismo.
“Hay cosas que son concretas y reales. Zelensky necesita armas de calidad que puedan superar al armamento soviético, entre otras cosas drones suicidas, que son drones especiales que levantan vuelo, tienen un gran margen de maniobra y se pueden lanzar contra un objetivo determinado”, apuntó.
Sin embargo, el reportero destacó que la probabilidad de que Israel le brinde esas armas a Ucrania, es muy poca.
“Por un lado la opinión pública israelí simpatiza un poco más con Ucrania, pero el gobierno israelí está en una disyuntiva importante. El principal enemigo de Israel no es Rusia ni Ucrania, sino Irán que domina suelo sirio y desde allí quiere atacar a Israel. Sin embargo, el patrón de Siria es Rusia y por eso Israel trata de llevársela muy bien con el gobierno ruso para que les permita seguir actuando libremente en territorio sirio. Por otro lado, Ucrania es un gran vendedor de productos y materias primas a Israel. Es una situación de mediador sin capacidad de presionar ni de premiar”, explicó Ben-Tasgal.
Finalmente, el analista destacó que los pueblos tienen memoria y la sociedad israelí no ve a Ucrania como una víctima porque recuerda la participación ucraniana en el holocausto y la persecución contra judíos por motivos racistas.
“En Israel ven como inmoral la comparación de esta guerra con el holocausto. Los pueblos que tienen memoria se acuerdan de cosas de hace siglos”, puntualizó.