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En el artÃculo titulado: “Comunicar la ciencia y proteger a los cientÃficos en tiempos de inestabilidad polÃticaâ€, Peter Hotez, Decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical, Facultad de Medicina de Baylor en Houston, inventor de una vacuna contra el Covid para paÃses de bajos recursos, señala que: “el movimiento antivacunas es un asesino y tenemos el conocimiento, el peso intelectual y la obligación humanitaria para enfrentarloâ€.
Dice el Decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical de la Facultad de Medicina de Baylor, Como expertos en medicina molecular, tenemos mucho que ofrecer a un público en general hambriento de información cientÃfica precisa y oportuna durante la actual pandemia de COVID-19. Por ejemplo, estamos bien posicionados para describir cómo funcionan las vacunas y la terapia contra el COVID-19 y maximizar su efectividad. Podemos explicar por qué el refuerzo es esencial para inducir anticuerpos neutralizantes de virus, el papel de las células T y B de memoria en la inmunidad a largo plazo, o por qué los medicamentos antivirales funcionan mejor al principio del curso de la enfermedad viral…
Al mismo tiempo, tenemos el conocimiento para desacreditar las afirmaciones sobre los efectos nocivos de las vacunas o los tratamientos no probados…Sin embargo, transmitir efectivamente nuestro conocimiento y experiencia al público o usar nuestras voces para cambiar las percepciones del público sobre las intervenciones y enfoques biomédicos es otra cuestión.Â
En última instancia, transmitir nuestro conocimiento cientÃfico a un público cada vez más escéptico requiere que entendamos por qué las personas o los grupos tienen creencias que no están respaldadas por evidencia cientÃficaâ€.Â
Es en este punto que el catedrático destaca que “el rechazo a la vacuna en Estados Unidos ahora se basa en gran medida en una división partidista . Por ejemplo, el 26 % de los republicanos se niegan a vacunarse contra el COVID-19 frente a solo el 2 % de los demócratas. Más allá de esta división partidista en las tasas de inmunización de COVID-19, está la realidad de que nuestra comunidad de cientÃficos biomédicos ahora está en el punto de mira de los mismos miembros de extrema derecha del Congreso de EE. UU., gobernadores de estados republicanos, medios de comunicación conservadores y grupos de expertos. Nos acusan de contribuir al origen de la COVID-19, de exagerar los beneficios de las vacunas o de conspirar para silenciar a otros a fin de generar ingresos para las grandes farmacéuticas y los hospitalesâ€
Señala Peter Hotz que “la desinformación surge de tres fuentes principales: La “docena de la desinformación†de organizaciones no gubernamentales identificadas por CCDH; actores estatales, incluido el gobierno ruso; y el extremismo polÃtico de extrema derecha
Mientras tanto, la realidad está marcada por los hechos. Advierte Hotz, citando datos del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, que “durante la segunda mitad de 2021, cerca de 200 mil estadounidenses perdieron la vida a causa de la COVID-19. Casi todas esas muertes se produjeron entre personas no vacunadas, es decir, personas que en gran medida se negaron a vacunarse a pesar de la amplia disponibilidad de vacunas. Por lo tanto, debemos aceptar el hecho de que esos cerca de 200 mil estadounidenses perdieron la vida innecesariamente por COVID-19 porque confiaron en la desinformación más que en la ciencia o los cientÃficos biomédicos. Se convirtieron en vÃctimas de lo que a menudo llamo «agresión antivacunas».
Finaliza el médico e investigador que “Ha quedado claro que comunicar ciencia mientras se combate la agresión antivacunas y se defiende a los cientÃficos biomédicos requiere navegar por un panorama polÃtico complejo y un campo minado. No hay mucho de una hoja de ruta más allá de lo que los cientÃficos del clima han enfrentado durante la última década. Sin embargo, es imperativo que tracemos un camino para comunicar la ciencia, abogar por los cientÃficos y hacerlo sin temor a represalias. De lo contrario, las pérdidas masivas de vidas humanas por enfermedades prevenibles, como la COVID-19, podrÃan continuarâ€.
El otro mayor riesgo, es que con estas campañas antivacunas y de difamación de la medicina y sus expertos, los ciudadanos pierdan la fe en la ciencia, asuman como cierto, la realidad que dibujan las fake news, pues la ignorancia, como dirÃa el escritor francés Honoré de Balzac, es la madre de todos los crÃmenesâ€