FA/CMR
No basta con la evidencia de que las olas de calor récord en América del Norte y el sur de Europa, han provocado los destructivos incendios forestales en Estados Unidos, Rusia, TurquÃa y Grecia, asà como las inundaciones en Alemania, Bélgica, Holanda y China.Â
El 9 de agosto de 2021, sirve como fecha crucial en la lucha contra la crisis climática, y será recordado como el dÃa de la última advertencia.
Ese dÃa, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (PICC) emitió un histórico reporte cientÃfico que concluyó que la actividad humana está cambiando el clima del planeta con consecuencias sin precedentes e irreversibles
Advirtiendo que es “inequÃvoco†que la crisis climática es obra del ser humano, el secretario general de la ONU, António Guterres, calificó el informe de “código rojo para la humanidadâ€.
El informe fue un esfuerzo colectivo de cientos de personas  250 cientÃficos del clima de todo el mundo revisaron durante tres años 14 mil artÃculos de literatura cientÃfica para realizar este informe, y  concluyeron que las consecuencias del cambio climático pueden percibirse ya regionalmente. Sus efectos se sienten ya en todo el planeta y  los fenómenos que causan inundaciones, sequÃas, incendios se están intensificando y su recurrencia además se está acelerando.
Según Ko Barrett, vicepresidente del IPCC ,“Sabemos desde hace décadas que el mundo se está calentando, pero este informe nos dice que los cambios recientes en el clima son generalizados, rápidos y se están intensificando, sin precedentes en miles de años…â€En lugar de bajar, la temperatura global ha subido 1,1 grados y probablemente superará un aumento de 2 grados con resultados devastadores.
Los riesgos de sequÃa y desertificación son evidentes en algunas zonas. La región Mediterránea, por ejemplo, donde el aumento de la temperatura desde finales del siglo XIX ha sido superior a la media del planeta, pues ha subido de 1,5 a 1,6 grados, es una de las zonas del mundo que más se está viendo afectada por el cambio climático, después del Ãrtico.
 Pero es necesario ofrecer algo más que sombrÃas estadÃsticas sobre el futuro de nuestro planeta para impulsarnos a la acción. Hay que percibir con claridad lo que son cifras y fechas que suenan lejanas pero que no lo son. Ejemplo de ello es el conocido como Climate Clock (reloj climático), una iniciativa de los activistas Gan Golan y Andrew Boyd, que consisten en pantallas digitales, de mayor o menor tamaño, ubicadas en grandes ciudades del mundo, que muestran dos cifras. La primera, de color anaranjado, es el tiempo que nos queda, según numerosos expertos, para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero antes de alcanzar un punto de no retorno. La segunda, en verde, representa el porcentaje estimado de consumo energético en el mundo procedente de fuentes renovables .
En otras palabras. Es un reloj que cuenta hacia atrás la ventana de tiempo crÃtico para alcanzar cero emisiones (nuestra «Fecha lÃmite»), mientras rastrea nuestro progreso en vÃas de solución clave («LÃneas de vida»).
Al mostrarnos lo que debemos hacer para cuándo, el Reloj enmarca nuestra misión crÃtica, una transición rápida y justa hacia un futuro climático seguro, y lo coloca en el primer plano de nuestra atención.Desde su famoso lanzamiento en Nueva York en septiembre de 2020, los equipos del Reloj Climático han surgido en todo el mundo desde Chiapas hasta Kazajstán, desde Corea hasta Glasgow.
Es una alerta en tiempo presente a los ojos de todos.Pareciera que la Tierra tiene un plazo pero aún podemos convertirlo en una lÃnea de vida. Hoy dedicaremos nuestro programa a abordar este importante tema.