Durante la tarde del pasado miércoles 7 de julio, el barrio de la Cota 905, ubicado al suroeste de Caracas, estuvo bajo más de 22 horas ininterrumpidas de disparos y detonaciones.
Por tres días consecutivos, bandas armadas y fuerzas de seguridad del estado se enfrentaron en las calles y barrios de la zona, mientras varias vías de comunicación y autopistas se encontraban restringidas.
La ministra de Interior, Justicia y Paz del régimen, Carmen Meléndez, confirmó lo sucedido a través de su cuenta de Twitter, asegurando que se trataba de «grupos estructurados de delincuencia organizada que sistemáticamente han atacado a nuestra sociedad, amedrentando, hiriendo y asesinando a gente inocente».
El día sábado, tres días después, el Gobierno ofreció un balance más concreto: cuatro funcionarios policiales y 22 «delincuentes» murieron en los enfrentamientos.
Magaly Huggins, psicólogo social y criminólogo, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“No podemos dar una respuesta categórica, porque hay muchas cosas turbias que vienen sucediendo desde hace muchísimos años. Cosas como los famosos colectivos. Hay que preguntarse si las bandas de La Vega y la Cota 905 no eran parte de los colectivos. Estos colectivos fueron como una especie de ejército de reserva del gobierno. Luego vinieron las zonas de paz. Una cosa es ser una banda que resulta útil para unas acciones de control social, a unas bandas que han pasado más allá y comienzan a tener sus desavenencias con el gobierno”, dijo Huggins.
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Para la experta, los fallecidos pueden haber sido miembros de la banda que quitaron del medio. “Ninguno de los caídos fueron el Koki o sus contramaestres. Quizás el objetivo del enfrentamiento fue quitarle del medio a los adversarios al Koki. También pudo haber sido un aviso a las otras bandas que no están de acuerdo que el Koki se adueñe de El Valle y La Vega. Lo que sucedió es que mataron a civiles. Eso fue lo que sucedió”, agregó.
Para Nicolás Maduro y la ministra de Interior Justicia y Paz, Carmen Meléndez, la banda del Koki está financiada por los Estados Unidos, el gobierno colombiano y la oposición para desestabilizar el país.
“Eso no tiene sentido. No sé si la perspectiva que tenemos es igual de la perspectiva de la comunidad internacional. El discurso de Maduro es cotidiano y no explica lo que está pasando con los colectivos y las bandas. Hay que preguntarse por qué tardaron 24 horas en reaccionar. Podría ser para darle tiempo al Koki de resolver sus conflictos internos, o había rechazo en enfrentarse a esa banda. La ministra no explicó por qué la banda tiene armas de guerra. Esas armas se las dio el mismo gobierno”, explicó Huggins.