La caída de la economía venezolana ha sido un fenómeno indetenible desde hace 7 años. Venezuela perdió casi dos terceras partes de su PIB entre 2013 y 2019 y mantuvo el descenso en 2020.
Ante la falta de medidas gubernamentales y la destrucción del valor real del bolívar, en el país comenzó un fenómeno que permitió dar ciertas luces a la maltrecha economía: la dolarización. Si bien esta no es oficial, sí es transaccional.
Ya en Venezuela es común y corriente pagar casi todos los servicios y productos con la divisa estadounidense. El mismo Nicolás Maduro, quien anteriormente criminalizaba el uso del dólar, reconoció que esta dolarización sirvió como «válvula de escape» para la economía venezolana.
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Mal augurio
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la economía venezolana cayó un 30 % en 2020, casi el doble de lo que preveía antes de la pandemia. Para 2021, proyecta que el descenso del PIB será del 7 %.
Eso convertiría al país en el único de Latinoamérica que no logre recuperarse -al menos, parcialmente- de los efectos que supuso para todo el mundo la pandemia del coronavirus.
El descenso del 30 % ubica la nación muy lejos del promedio suramericano, donde la Cepal considera que mermó en un 7,3 % de promedio, y más lejos todavía en 2021, cuando la entidad pronostica una recuperación del 3,7 % en la región.
¿Hay esperanza?
A pesar de esos malos presagios, hay voces optimistas, como el analista Henkel García, quien explica a Efe que Venezuela llegó a «una especie de roca dura» que marca el final de la caída.
En cualquier caso, García considera que el crecimiento venezolano no puede ser «muy robusto, porque Venezuela tuvo una destrucción de su tejido empresarial tremendo en esta paralización» por la cuarentena; al no haber «ningún tipo de ayuda por parte del Estado».
El director de Econométrica señaló que es preciso que la pandemia se contenga y continúe la «flexibilización económica» que comenzó en 2018, para que Venezuela «pueda terminar 2021 creciendo».
Asimismo, Ricardo Cussano, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras); considera que el país está «tan mal» que, «a menos que la situación de la pandemia se profundice, cualquier cosa es positiva» para la economía venezolana.
Cussano dijo que los empresarios están «con ese optimismo, con voluntad de poner a disposición de la nación» lo que saben hacer: «asumir riesgos, invertir y generar empleo».